En el amplio universo del vogueo en México, las escenas kiki se han popularizado entre la comunidad LGBTIQ+ por su aire relajado, informal y activista, a diferencia del ballroom instalado en los mainstream
A menudo escuchamos sobre eventos escénicos de la comunidad LGBTIQ+ en los que se practica la cultura del ballroom, es decir, encuentros o concursos de baile de personas de la comunidad LGBTIQ+ en los que la pose, el vogueo y el trasvestismo son algunos de los elementos principales.
Dentro de este universo de expresiones, surgieron las kiki balls a principios de este siglo, enfocadas en personas jóvenes reunidas en eventos más pequeños y familiares (entendiendo las amistades y afectos como la familia elegida) que participan de manera amateur, en espacios relajados y de disfrute, de manera que pueden prepararse para lo que se conoce como la major escene, es decir, los ballrooms de personas profesionales en el arte del vogueo.
Precisamente por ser espacios relajados y abiertos a personas de la comunidad que suelen ser jóvenes, con pocos recursos o que no cuentan con el apoyo de sus familias, la escena de las kiki balls son espacios en los que se visibilizan los derechos de las personas LGBTIQ+, especialmente de las racializadas y particularmente de las que crecieron en contextos de América Latina. Suelen ser eventos organizados desde el activismo y la defensa de los derechos de la diversidad sexual.
En una entrevista para la Agencia Presentes, Laurent Tropikalia LaBeija, madre de House of Tropikalia, señala: “Lo kiki se entiende como la parte más activista de la cultura ballroom y como el nacimiento de escenas locales cuyo objetivo es abrir el espacio de la competencia de ballroom a personas menores de edad y se trata también de la creación de acciones permanente de respuesta al VIH e ITS; acceso a la salud y acciones comunitarias sobre derechos humanos. Pero también con kiki nos referimos a la escena naciente, local”.
Formas de resistencia
Por encima de su diversidad, la cultura del ballroom va de la mano con la del vogueo, que de acuerdo con la Gaceta de la UNAM, “es un baile estilizado en el que se recrea el glamour de las pasarelas y las revistas de moda, pero mucho más.
Es todo un movimiento de reivindicación de derechos de comunidades tradicionalmente discriminadas y agredidas que se inició con grupos queer de afrodescendientes y latinos en Nueva York y que hoy se extiende a todo el movimiento LGBT+. Surgido de un modo propio de bailar, es la pose como forma de resistencia”.
House of kiki
Las llamadas casas vogue se refieren a espacios en los que varias personas de la comunidad que a menudo experimentan su diversidad desde la precariedad económica, la racialización y el rechazo familiar, participan como grupo en la escena ballroom, al mismo tiempo que forman una segunda familia.
Están encabezadas por una “madre”, que suele ser una persona experimentada en la escena voguera, quien ofrece a sus “hijxs” un espacio seguro, un refugio ante la adversidad.