La ausencia de Mancera en su propio informe

“Espero que en algún lugar nos esté escuchando”, deseó el diputado priista Fernando Mercado al comenzar su intervención durante el primer informe del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.

Por primera vez en la historia de este acto, el mandatario capitalino estuvo ausente de una sesión en la que el pleno de la Asamblea Legislativa sostuvo un monólogo antes de escuchar su mensaje.

“Nos estamos hablando a nosotros mismos, en un informe que no es nuestro”, comentó entre las curules el coordinador de la bancada del Partido Verde, Jesús Sesma, mientras su compañero, Alberto Cinta, daba su posicionamiento entre un desfile de saludos perredistas que dejaba poca atención a sus palabras.

Desde el principio se notó el sello del desinterés: la sesión inició 47 minutos tarde –tiempo que tuvieron que esperar los madrugadores Carmen Antuna, Jorge Zepeda y Alejandro Ojeda— con la asistencia de solo 36 diputados, apenas dos más de la mitad, más uno necesario para alcanzar el quórum.

Incluso cuando la ceremonia ya había empezado, sólo los tres jefes delegacionales del entorno rural de la capital estaban presentes: Víctor Hugo Monterola, de Milpa Alta; Angelina Méndez, de Tláhuac, y Miguel Ángel Cámara, de Xochimilco.

La crítica de Nueva Alianza, Movimiento Ciudadano y PRI fue no tener la certeza de ser escuchados por el mandatario capitalino, cuya ausencia se replicó en un pleno semivacío: el gabinete y la Asamblea a la mitad, ni un tercio de los delegados, ningún gobernador y ningún invitado especial.

Una de las primeras figuras en aparecer fue el ex jefe de gobierno, Cuauhtémoc Cárdenas. Para entonces, el polémico delegado de Coyoacán, Mauricio Toledo, ya había llegado y no solo fue el primero en saludar al tres veces candidato a la presidencia; también se sentó junto a él.

Luego tuvo que escapar, poco antes de que los panistas Priscila Vera y Edgar Borja mostraran dos cartulinas con la leyenda: “Creyeron que era tomate, y les salió ratón”.

Un segundo letrero, aunque menos visible, apareció en la sesión cuando el jefe de gobierno entró, seguido del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong: “sí al diálogo, no a la represión” decía una hoja tamaño carta sostenida por la perredista Ernestina Godoy.

Pero la expresión del funcionario federal permaneció inmutable, igual que cuando Víctor Hugo Lobo, presidente de la Mesa Directiva, señaló que el PRD rechaza el uso de tanquetas y sobrevuelo de helicópteros contra manifestaciones públicas.

Después, el mensaje de Mancera transcurrió sin preguntas, más que las que se llevó por escrito para contestar dentro de ocho días. Y sin los aplausos del PAN. Fue como la pelea del Canelo contra Mayweather, comparó el coordinador de la bancada priista, Tonatiuh González: un show donde ya todo estaba previsto.

(Marcela Nochebuena)