Aunque las autoridades quitaron el veto a las leyes capitalinas para permitir las tardeadas en la ciudad después de 10 años de permanecer como ilegales, la medida resultó ineficiente ante la oleada de fiestas clandestinas, aseguró el presidente de la Anidice, Ismael Rivera.
La Asociación Nacional de la Industria de Discotecas, Bares y Centros de Espectáculos llevó a cabo una iniciativa para llevar a cabo este tipo de eventos para favorecer a los menores de edad, pero la capacidad de convocatoria se quedó reducida.
Historia del fracaso
El empresario mexicano aseguró en entrevista exclusiva con Más por Más que se regalaron más de 10 mil cortesías a jóvenes que radican en el Distrito Federal; no obstante, no acudían ni 60 personas a las tardeadas emprendidas por la asociación.
Se realizaron 7 eventos en zonas como San Ángel, Polanco, Villacoapa e Iztacalco. El plan era extender el programa en todo el territorio nacional, pero “los menores de edad prefirieron pagar entre 50 y 100 pesos por una barra libre”, comentó Rivera Cruces.
En qué consistía
La medida, que inició en septiembre, procuraba que para mayo de 2013 ya operaran de 15 a 20 centros diferentes, en los cuales no se iban a comercializar bebidas alcohólicas y los padres de familia podrían monitorear el estado de sus hijos.
La reinstauración de tardeadas les daría a los jóvenes de entre 12 y 17 años de edad una nueva alternativa de diversión similar al que se vive en un centro nocturno, aunque como medida de seguridad estaría supervisado por la misma asociación.
¿Regresarán?
Para el presidente de la Anidice la única forma de que vuelva a instaurarse esta iniciativa es derrotar a las fiestas clandestinas, donde se venden bebidas alcohólicas a menores de edad sin restricciones y que en muchas ocasiones el mismo está adulterado.
Con acciones como la suspensión de dominio, el aumento a las sanciones por corrupción de menores y la entrada de las tardeadas, se espera que las fiestas clandestinas en la ciudad acaben a mediados de 2013, según declaraciones del empresario.
(IGNACIO GÓMEZ | MÁS POR MÁS)