Fotografía cortesía
La era del calentamiento global ha dado paso a la “ebullición global”, advierte el secretario general de la ONU, António Guterres, en un llamado urgente a los líderes mundiales sobre los efectos devastadores del calor en la Tierra. En varias partes de Norteamérica, Asia, África y Europa, el verano se ha vuelto implacable, generando un desastre a nivel planetario.
El cambio climático es innegable, y los seres humanos son los principales responsables de este problema. La velocidad del cambio es sorprendente, y los efectos son dramáticos: temperaturas extremas, alteraciones en los océanos, modificaciones en los ecosistemas y afectaciones graves a la salud de millones de personas.
El profesor Juan Carlos Benavides, experto en cambio climático de la Universidad Javeriana, advierte que nos encontramos en un punto crítico y que el cambio es imparable. Los países se comprometieron en el Acuerdo de París a reducir las emisiones para limitar el aumento de la temperatura global a dos grados Celsius, pero las advertencias indican que incluso eso es insuficiente y que el objetivo debería ser mantenerlo en 1.5 grados. Las emisiones actuales no se ajustan a ninguna de estas metas, lo que podría desencadenar catástrofes sin precedentes.
El cambio climático ya está afectando la salud de las personas, y si no se toman acciones inmediatas y radicales, podríamos estar acercándonos a un punto de no retorno. La naturaleza nos está hablando, y la realidad es alarmante: el aire es irrespirable y el calor es insoportable.
Guterres insta a actuar con ambición y determinación para evitar lo peor. Es necesario abandonar la dependencia de los combustibles fósiles y tomar medidas concretas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El llamado de la ONU no es solo una advertencia, sino un mensaje urgente a la humanidad para reflexionar y tomar medidas concretas para proteger nuestra supervivencia. Si no actuamos ahora, estaremos afectando el futuro de nuestro planeta y las generaciones venideras. El cambio climático es una realidad ineludible, pero aún podemos evitar lo peor si actuamos con valentía y ambición para enfrentar esta crisis global.
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