La homofobia aún pesa

La corriente contra la que rema la comunidad LGBTTTI cada vez es menos intensa, pero las tormentas persisten. Y es que, a pesar de la aprobación de leyes a favor de la diversidad sexual, quienes las ejercen, se resisten a asimilar estos cambios.

PRECENDENTES

En el sistema carcelario, la comunidad LGBTTTI y la Comisión de Derechos Humanos del DF tuvieron un logro que sienta un precedente importante.

“Un transexual estaba vinculado con un delito y fue enviado al reclusorio varonil, pero ya había pasado por un tratamiento hormonal y recién se había hecho una operación para tener su vagina, por lo que requería un expansor para que no se cerrara.

“El problema fue que no había hecho el trámite de cambio de su nombre masculino a femenino. Es decir, su imagen era la de una mujer, pero su identidad no. Así tuvo que permanecer en el reclusorio varonil, soportando insultos”, cuenta Guadalupe Cabrera, cuarta visitadora de la CDHDF.

Esta instancia consiguió que le dieran el expansor y la resguardaran en un sitio del reclusorio hasta que, después de tres semanas, fue trasladada a un penal femenil.

“LA CAJITA FELIZ”

Muchos capitalinos saben que los últimos vagones del Metro son punto de encuentro para la comunidad LGBTTTI: ahí se conocen, platican, se toman de la mano o se abrazan cobijados por otros tantos que aceptan la diversidad sexual.

El año pasado, éstos vagones comenzaron a ser cerrados a partir de las 22 horas, lo cual propició quejas por parte de los usuarios, pero sobre todo de la comunidad LGBTTTI.

La CDHDF inició una investigación. Encontraron violaciones de las autoridades del Metro al principio de legalidad, derecho a la seguridad jurídica y la protección de la honra y la dignidad.

En marzo de 2013, la CDHDF acreditó que la medida era discriminatoria y ganó el caso. El STC-Metro reabrió los vagones, en horario normal, para todo el público.

CAMINO POR ANDAR

Entre las acciones pendientes, la visitadora señala la tarea permanente de educación integral para sensibilizar a la población hacia la no discriminación.

Otro punto pendiente, es instruir correctamente a los funcionarios públicos para atender a este sector de la ciudadanía de forma adecuada.

Un tercer punto, explica la funcionaria de la CDHDF, es trabajar como sociedad para ser más activos y luchar por nuestros derechos. “En el caso de la comunidad LGBTTTI, deben tratar de cambiar la situación de discriminación desde su propia aceptación”.

NO CESAN

Pese a los avances en derechos por la diversidad sexual, a la CDHDF siguen llegando denuncias.

De enero a noviembre de 2012, recibieron 34 quejas presuntamente violatorias de derechos relacionados con la temática de la comunidad LGBTTTI. Las autoridades capitalinas señaladas fueron: la Secretaría de Gobierno, con 15 menciones; Secretaría de Seguridad Pública, con siete; Secretaría de Salud, con cinco; la Procuraduría General de Justicia, con cuatro, y la Secretaría de Transportes y Vialidad, con tres.

(CRISTINA SALMERON)