¿Estamos por marcar un alto a la gentrificación? Proponen cobrar impuesto a nómadas digitales en la Ciudad de México
La CDMX, como muchas metrópolis en todo el mundo, enfrenta un problema que ha ido creciendo de manera alarmante en los últimos años: la gentrificación. Este fenómeno ha generado desigualdades significativas para toda la población residente ya que consiste en un proceso complejo en el que áreas urbanas anteriormente degradadas o en declive son revitalizadas y renovadas, atrayendo a nuevos residentes.
Esto, a primera vista, podría parecer positivo, sin embargo, conlleva un aumento desmesurado de los precios de alquiler, desplazamiento de residentes originales y la inflación de los costos de vida básicos, en comparación con los ingresos mensuales. Luis Alberto Salinas Arreortua, investigador del Instituto de Geografía de la UNAM, señala que “es un proceso de reestructuración de relaciones sociales en el espacio donde distintos sectores de la población con mayor capacidad económica se apropian de espacios urbanos que presentan ciertas cualidades muy buscadas por el capital inmobiliario”.
Pero mientras la gentrificación se promociona como un proceso de “mejora urbana”, no todos se benefician. Las comunidades que han vivido en estas áreas durante generaciones, enfrentan una presión creciente. El alza de precios de alquiler y servicios básicos a menudo resulta en la expulsión de estas personas de sus hogares y esto contribuye a la inequidad de oportunidades que perpetúa un ciclo de desigualdad.
Los impactos son profundos y amplios porque rara vez se limita a una sola área: a medida que los precios de alquiler se disparan en un vecindario, se puede desencadenar un efecto dominó que se extiende a los barrios circundantes.
Nomadismo digital
De acuerdo con Nadia de la Luz Briseño Aguirre, académica de la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM, lxs nómadas digitales son personas que utilizan herramientas tecnológicas para trabajar de manera remota desde cualquier parte del mundo debido a que sólo necesitan internet para desempeñar sus funciones.
Esto les permite no tener una ubicación fija y desplazarse de acuerdo a sus intereses personales o laborales. Como estas personas suelen tener perfiles altamente capacitados, se han vuelto parte de un negocio lucrativo para las plataformas de hospedaje a corto plazo. La muestra es que recientemente se suscribió un convenio de colaboración con la UNESCO y la empresa Airbnb para promover a CDMX como la capital del turismo creativo.
La Secretaría de Turismo capitalina estima que en el mundo hay alrededor de 30 millones de nómadas digitales y más de la mitad están en Estados Unidos. En caso de que México logre captar el 5% de ese mercado americano, podría obtener una derrama de tres mil 720 millones de dólares. Los nómadas digitales a menudo pueden pagar alquileres más altos, lo que impulsa el aumento de los precios en las áreas urbanas, excluyendo a quienes no pueden competir financieramente.
¿Impuestos a nómadas digitales?
Propuestas ha habido muchas. Una, por ejemplo, es la que se propuso en el Congreso de la Ciudad de México para imponer un impuesto para los nómadas digitales que residan en la capital del país. A principios de septiembre de 2023, la diputada local, Frida Guillen, presentó esta iniciativa para combatir los problemas derivados de la gentrificación y lxs nómadas digitales “paguen los platos rotos”.
La propuesta busca modificar el Código Fiscal de la Ciudad de México; en ella señala que lxs nómadas digitales que permanezcan hospedados por más de 20 días en la capital del país deberán pagar un impuesto por “derechos de saneamiento urbano”. El pago equivaldrá a una UMA ($103.74 en 2023) por cada noche adicional después de estos 20 días.
El 100% de este dinero será destinado a la implementación de proyectos de desarrollo urbano, transporte y vivienda. No obstante, esta iniciativa todavía tiene que cocinarse más para que se convierta en Ley.
Otras estrategias a la par
Según ONU-Habitat, el programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, las ventajas económicas de la gentrificación pueden utilizarse en beneficio del resto de la ciudad siempre y cuando sea a través de estrategias bien estructuradas, como la adopción de políticas económicas redistributivas en donde los recursos puedan emplearse para impulsar la regeneración de otros sitios de ubicación menos centralizada; también mantener a la población original mediante el mejoramiento de su vivienda y con ello reducir la presión especulativa del desarrollo descontrolado, así como fomentar las PyMEs a través de microcréditos y mejorar los espacios públicos mediante intervenciones físicas y una mayor interacción social y vida en las calles.
A final de cuentas, la gentrificación ha sido problemática debido a una mala planeación, a la exclusión y a la constante desigualdad que viven las poblaciones más vulnerables.