La Plaza México cumplió este jueves 69 años de ofrecer un ‘estilo de vida’ a los amantes de los toros, aunque cada vez parecen ser menos.
Con un cartel de aniversario integrado por el francés Sebastián Castella, y los mexicanos Octavio García y Arturo Saldívar, La México celebró sin poder vender todos sus asientos.
Para Mario García, asistente ininterrumpido a la plaza desde 2010, la concurrencia de los capitalinos ha disminuido notablemente.
“Nunca he visto un lleno total, lo más cercano fue una corrida mano a mano entre Julián López El Juli y Diego Silveti hace como tres años”, dijo.
Esto se debe, según él, a que desde los años noventa ha faltado promoción de muchas empresas, falta de compromiso de toreros y ganaderías, y muchas tardes de “fraude”.
“Soy un creyente de que esto se puede acabar, ya que la gente que está en su contra (de la fiesta brava) presiona mucho y los que deben invertir (los promotores que contratan a los toreros y eligen a las ganaderías que llevan a los toros a las corridas) no lo hacen”, afirmó César Reséndiz, aficionado de 36 años y que desde hace 15 asiste a la también llamada Plaza más grande del mundo.
Esto se acompaña, dice César Reséndiz, al hecho de que otros deportes siguen creciendo en el gusto de la gente, como el futbol americano o los ya muy arraigados como el soccer.
Mientras, para el vendedor y “apasionado” de la plaza de toros, Miguel Ángel Casas, esto le ha “pegado” a su negocio de capotes, sombreros y artículos de tauromaquia.
“Es triste decirlo pero la afición ha bajado considerablemente. Uno de esos problemas es la mala administración”, dice el señor de 56 años y “vendedor de toda la vida afuera de la plaza”.
Para Miguel Ángel la única solución es un cambio de administración, ya que “México tiene grandes toros y toreros que ya no vienen”.
Después de todo esto, el panorama para Mario García no parece muy alentador.
“En un futuro lejano las cosas se podrían terminar si siguen así, ya que (la falta de afición) podría dejar de ser un negocio y los empresarios dejar de invertir. Ha disminuido el número de festejos y esto puede ser una señal de alerta”, afirmó.