Trabajar en Japón es cosa seria, y tan seria que ahora una ley obligará a empleados y jefes tomar días de descanso de manera obligatoria, sí, aunque no quieran.
La actual legislatura japonesa presentará una ley para que los trabajadores tomen sus vacaciones, al menos cinco días al año.
El problema es que la sociedad nipona ve con malos ojos a quienes toman sus vacaciones completas, esos son los “flojos”.
Uno de los factores importantes para impulsar la ley es que la adicción al trabajo también genera muchos costos sanitarios, sociales y productivos. Enfermedades por tantas horas de trabajo, desequilibrio entre la armonía del lugar y resentimientos entre compañeros, son algunos de ellos.
Según datos de Japón, alrededor de 200 personas mueren al año por su adicción al trabajo. Ataques al corazón o hemorragias cerebrales atacan a las personas cuando trabajan demasiado, algo que el país asiático se conoce como el fenómeno karoshi, aunque muchos suicidios depresiones no son contabilizadas en esta cifra.
La mayoría de los trabajadores que se verán beneficiados con la nueva legislación son gente de oficina, aquellos detrás de la gran imagen que sustentan el liderazgo japonés.
Cerca del 22% de los japoneses trabaja más de 49 horas semanales, frente al 16% estadounidense y el 11% de franceses y alemanes, según datos del propio gobierno asiático. Al año descansan nueve días en promedio.
La nueva ley dará más flexibilidad a los horarios laborales, instando a los padres a pasar más tiempo con sus hijos durante los meses de verano cuando no hay clases.
Con información de EFE