Tras los recientes deslaves en la zona corporativa de Santa Fe a consecuencia de las lluvias, los colonos solicitan que se suspendan la construcción de edificios que se erigen sobre taludes hasta que no se investigue cuál es la calidad del suelo.
El lunes pasado tras varias horas de precipitación pluvial se registró el desgajamiento de un talud en el Kilómetro 13+500 de la carretera México-Toluca. El desprendimiento fue de tres metros cúbicos de arena.
A menos de un kilómetro de este sitio, y sobre Prolongación Paseo de la Reforma, se construyen edificios de oficinas y departamentos.
Gerardo Ocampo, presidente del Centro para el Desarrollo Urbano de Santa Fe, señaló que las autoridades deben informar cuál es la situación de la calidad del suelo en esta zona y si el terreno podría reblandecerse con la lluvia.
Explicó además que las autoridades también deben de dar a conocer cuál es la influencia que han tenido sobre el suelo las vibraciones de los miles de coches que a diarios atraviesan la zona.
Lo que más les preocupa a los colonos son la serie de edificios que se construyen sobre el kilómetro 13.5 de Prolongación Paseo de la Reforma hasta el túnel de Avenida Tamarindos.
Esto por las dimensiones de los taludes donde se erigen estos inmuebles.
Peligrosas características del suelo
El Centro para el Desarrollo Urbano de Santa Fe, realizó con ayuda de expertos en geología, un estudio básico sobre las condiciones del suelo en la zona.
A través de este análisis descubrió que la parte superior del terreno es pumicita, que no es más que polvo de la que se conoce como “piedra pómez”. Mientras que en la parte inferior del terreno se encuentra arenilla fina.
Ambos elementos en su conjunto permiten la entrada del agua, pero sin la posibilidad de compactarse, lo que hace a este suelo más pesado y proclive a los deslizamientos.
(Josué Huerta)