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Nadie me va a preguntar mi opinión pero la adelanto: ahora que un grupo de legisladores, políticos y activistas promueven en el Distrito Federal un debate tendiente a regular el consumo de mariguana en la capital del país, me declaro totalmente a favor de una regulación más laxa.
En los últimos años, diversos académicos, estudiosos, ex mandatarios y presidentes han expuesto que urge un nuevo enfoque en el tema de las drogas, uno más allá del prohibicionismo. Qué bueno. Yo, y hablando de nuestra ciudad, solo tengo un pero, una reserva que por cierto no tiene que ver en absoluto con la cannabis, ni con sus efectos –reales o supuestos. Mi pregunta es qué tipo de garantías tendremos de que habrá una aplicación efectiva de la nueva norma.
Porque en eso de regular, pasar del papel a la realidad como que no se le ha dado muy bien a las autoridades del Distrito Federal. Repasemos rápidamente ejemplos.
¿Van a vigilar que se cumpla lo que la eventual nueva norma establezca tan bien como ocurre en el caso de la publicidad exterior? Tema en el que por cierto cada legislatura de la Asamblea quiere hacer su nueva ley –seguro sólo porque creen que ellos sí saben lo que sus antecesores no, no vayan a pensar ustedes que por congraciarse con esos empresarios con miras a futuras campañas.
¿O el estándar de nivel de vigilancia de la regulación que se puede alcanzar será el que ocurre en el transporte público masivo, al que se premia con alza en las tarifas sin que microbuseros y camioneros respeten, ni de lejos, las normas?
¿Quizá el referente que nos proponga como modelo el GDF sea entonces el ambulantaje, que ocupa paraderos, salidas y vagones del Metro, así como múltiples calles y plazas, vendiendo muchas veces productos robados o ilegales como piratería?
Podemos seguir con temas como la explotación sexual: ¿de verdad creerán en el GDF que alguien pensó que al hacer un operativo en el Cadillac la gente iba a pensar que estamos ante el inicio de un combate real a la trata de personas en la ciudad? Por cierto, hablando de este delito me sumo a quienes han recomendado los textos de Héctor de Mauleón y Víctor Hugo Michel en el actual número de Nexos.
Finalmente están, como antiejemplos de efectividad en regulación, el tema inmobiliario, pesadilla de vecinos e incluso de constructores; y la discrecionalidad con que siguen ocurriendo autorizaciones o cierres de establecimientos.
En serio que no ando en ánimo de aguafiestas. Consciente estoy de que apenas va a comenzar el debate, y que una nueva regulación puede tener distintos alcances. Como es claro también que entre las muchas aristas que se podrán analizar estarían posibilidades para ya no saturar las cárceles de primo delincuentes, entre ellos muchas mujeres, detenidas por narcomenudeo de mariguana. Etcétera. Este mismo mes incluso el Centro Fox quieren hacer un foro al respecto.
Qué bien que se discuta sobre la mariguana. Me gusta que avancemos en ese sentido, tanto como me preocupa pensar quién garantizará que la norma se cumpla y no se preste para nuevos abusos.
¡Anímate y opina!
*Periodista, colaborador de El Pais, columnista en La Razón y sinembargo.mx
(Salvador Camarena)