Berenice Vázquez trabaja a hora y media de su escuela en la delegación Tlalpan. Todos los días toma la línea 1 del Metrobús y, para su infortunio, siempre que requiere usar este transporte es ‘hora pico’.
“Cuando tienes que llegar a un lugar lo que menos te importa es si vas a ir sentado, lo que piensas es entrar como se pueda (al autobús)”, dice.
Hace unos días, Berenice llegó a la estación Chilpancingo a las 18:15. Inmediatamente se arrepintió de quedarse platicando más de la cuenta en la oficina.
“Llegar cinco minutos antes de las seis de la tarde a cualquier estación es clave”, dice. Intentó subir a un autobús colocándose a un costado del acceso, poco a poco ganó terreno y cuando se acercaba a la puerta sintió que la empujaban por detrás hasta que la subieron al camión.
Cuando llegó a la estación Caminero, buscó su celular en el bolso para llamar a su novio, pero no lo encontró; tampoco su cartera.
Regresó a la estación y el policía le indicó que tenía que levantar una denuncia. También le dijo que las cámaras de seguridad sólo graban a los camiones y no a los usuarios; que si no vio a nadie, estaba más difícil. Al final, desistió de denunciar.
ALGO RECURRENTE
La de Berenice es sólo una historia de los robos que ocurren en las cinco líneas del Metrobús. Aunque muchos prefieren no denunciarlo. De acuerdo con cifras de la Secretaría de Seguridad Pública, hasta mayo de este año hay registro de 46 casos de robo dentro de alguna de las unidades del Metrobús.
En un sondeo realizado por MÁSPORMÁS, los usuarios aseguraron que existe una percepción de inseguridad, aunque les preocupa más llegar a su destino que cuidar sus pertenencias.
Uno de los policías que vigila la estación Insurgentes —quien pidió el anonimato— dijo que el personal de la estación no está preparado para afrontar este tipo de incidentes.
“Casi todos los días hay robos en el sistema pero desafortunadamente no podemos hacer nada, hasta podemos salir perdiendo nuestra chamba si nos movemos de nuestra estación”, lamenta.
De acuerdo con información proporcionada por el Metrobús, la obligación del personal de seguridad es orientar a los usuarios y pedirles que denuncien. Y en caso de que la víctima ubique a un delincuente, el oficial debe intentar detenerlo o, en su defecto, pedir apoyo a la policía.
Irónicamente, no tienen radios de comunicación.