Me quiero ir de México… para estudiar

¿Terminaste la carrera o la hiciste a tiempo y crees que es tiempo de dar el siguiente paso?: lo que te espera es una maestría en el extranjero.

La meta de Thalía Viveros no era terminar las dos licenciaturas que estudió, sino estudiar una maestría en la Escuela de Economía de Londres, que no hubiera podido lograr sin una beca Chevening.

Obtuvo una de las 20 becas que otorgó el programa Chevening en 2011. “El programa Chevening es muy competitivo, existen muchos aspirantes que desean ser apoyados financieramente para cursar sus estudios en el Reino Unido, por lo que los aspirantes requieren de mucha preparación”, explica.

Para 2015, el número de becas creció, pasó de 20 a 100 para los mexicanos, al igual que los aspirantes. Tan sólo para la convocatoria 2015-2016, se registraron 619 jóvenes, es decir, sólo 6% accederá a una, y de los 223 aspirantes que pasaron a la fase de entrevista, 121 son de la CDMX.

Las opciones para obtener una beca que te permita estudiar en el extranjero no se limitan al programa Chevening; hay por lo menos cuatro becas que te pueden interesar si quieres estudiar en el extranjero: la Erasmus Mundus, Fundación Carolina, COMEXUS- Beca Fullbright-García Robles y Fundación Beca. Otra opción es el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Concacyt), aunque de las 10 becas que proporciona para estudiar una maestría, sólo una es para hacerlo en el extranjero.

“Cuando mandamos a un chico al extranjero tiene que justificarse plenamente: uno, que la oferta académica sea mejor que la nacional, y segundo, que se justifique la importancia de la universidad a la que va a estudiar, sobre todo explicar los trabajos de investigación en los que se trabajará”, dice Pablo Rojo, director del área de Becas del Conacyt.

Tras haber estudiado una maestría en Francia, que financiaba con trabajos de medio tiempo, Itzia Fernández regresó a México y comenzó a ayudar a estudiantes interesados en obtener una beca Conacyt.

“Te tienes que preparar, idealmente, con dos años o mínimo uno de anticipación, y tienes que conocer muy bien el medio en el que te quieres insertar, porque digamos que hay dos condicionantes: una es cumplir con todo lo que te pide Conacyt y el segundo es que realmente sepas quién te va a asesorar y en qué grupo académico te vas a insertar en el extranjero, porque si no tienes eso, es como pegarle a una piñata con los ojos vendadisísimos”, menciona.

A Thalía Viveros le tomó un año prepararse para la beca Chevening y cumplir con una buena preparación en el idioma inglés, un currículo profesional congruente con lo que planeó estudiar, y una exposición sobre cómo los estudios que realizaría contribuirían al desarrollo de México.

Este último requisito es lo que puede costar más trabajo; el interesado debe hacer una buena redacción de sus motivaciones para emigrar.

LA INVERSIÓN

“La exigencia del mercado laboral te pide no solamente dominar tu especialidad, sino también conocer otro idioma, haberte desempeñado académica o profesionalmente en un ambiente multicultural, y estudiar en el extranjero aporta bastante en tu desempeño personal, profesional, seguridad, en tus capacidades personales”, dice Viveros, quien actualmente se desempeña como Asesora de Medio Ambiente en el Senado de la República y como secretaria general de la Sociedad de Exalumnos Chevening.

Para Itzia, la gran ventaja de irte es que te fortalece, “no necesariamente por una cuestión que no puedas construir en México, te hace fuerte simplemente por el cambio de cultura”.