Descubre cómo era la forma de vida de nuestros antepasados en Tenochtitlan, la capital del imperio mexica, y qué tanto ha cambiado nuestra sociedad a 699 años de su fundación
Si echamos una mirada al pasado, descubriremos que hay cosas que no cambian… y otras que sí. Existen tradiciones, palabras, inventos, edificaciones e historias de las culturas prehispánicas que nos siguen acompañando en el México moderno. Y en el caso de nosotros, los chilangos, la conexión con Tenochtitlan aún vibra incluso fuera de museos icónicos de la CDMX.
Pero ¿qué tan distanciados estamos de los antiguos habitantes? La tecnología actual nos permite vivir una cotidianidad que parece haber disuelto lo que fuimos, acercándonos más a culturas en otras partes del mundo y quizá desconectándonos de nuestras raíces. Sin embargo, las costumbres en Chilangolandia pueden hablar por sí solas.
Aprovechando que hoy se conmemora el 699 aniversario de la fundación de México-Tenochtitlan, te platicamos de la vida y rutinas que llevaban nuestros antepasados mexicas. Saca tus conclusiones.
El orden del hogar
De acuerdo con el libro La vida cotidiana de los habitantes de Tenochtitlan, de María Guadalupe Flores Rodríguez, había diversos tipos de casas cuya forma dependía de la riqueza y las labores a las que se dedicaban sus habitantes. Aun así, la mayoría eran construidas con adobe y las de “clase media” contaban con cocina, un sólo cuarto para todos (con petates para dormir) y baño (llamado temazcalli) ubicado aparte.
Si el hogar era de artesanos, se añadía un taller; si de comerciantes, almacenes. Pero lo que no podía faltar en una propiedad era el patio o jardín en común para todo el predio (con tres a cinco casas) donde pudieran jugar lxs hijxs y tejer las mujeres. Además, muchas parcelas colindaban con un canal, por el cual pasaban las canoas, el principal medio de transporte.
Cabe mencionar que el concepto de familia de ese tiempo era del tipo complejo (cemithualtin). Según el programa de televisión Aquellos días. Historia de la vida cotidiana, de Canal Catorce, en un predio podían habitar hasta tres generaciones: abuelos, hijos y nietos, y a estos se unían hasta tíos o primos hermanos. A su vez, por la alta tasa de mortalidad, era común que hubiera integrantes viudos o huérfanos.
A bañarse y a comer
Con el sol despertaba la gente. Y mientras las mujeres se ponían a moler el maíz en el metate (metlatl), los hombres salían a trabajar llevando su itacate (itacatl).
Tanto nobles como ciudadanos tenían por costumbre bañarse a diario, sólo que el aseo se hacía dos o más veces al día. Asimismo, la boca y la cara se limpiaban por las mañanas y la ropa debía estar impecable.
No existía como tal el desayuno antes de salir de casa, más bien se tomaba atole ya estando en el trabajo y se almorzaba a mediodía; se servían tortillas, salsa, frijoles y, a veces, tamales, para después echarse una siesta. El consumo de carne era limitado, pero el agua simple siempre estaba presente. Esta última corría desde las fuentes de Chapultepec por un acueducto, donde distribuidores en canoas y con cántaros la recogían para entregarla a cada hogar. Ya en la cena, había atole de amaranto o chía. Por cierto, las mujeres no comían junto a los hombres, ellas se quedaban en la cocina.
Pensar en el tianguis
Ir al Zócalo de compras no es una actividad ajena a nosotros. Pero en el pasado tanto la plaza central de Tenochtitlan como las de los barrios (y Tlatelolco englobado aquí) se utilizaban para montar los mercados, muy parecidos a los tianguis (tianquiztli) que siguen vivos hasta ahora. La práctica de extender una manta o un plástico en el piso para ofrecer productos se quedó y la de vender comida para llevar o para “comer allí” también continúa.
En los mercados se podían encontrar sandalias, pieles de distintos animales, plumas preciosas, colores para teñir telas y para escribir, así como diferentes productos animales y vegetales, destacando las frutas, las carnes de venado, patos y perritos cebados, semillas y los clásicos maíz y frijol. Aunque ya se pagaba con cacao como moneda, lo más común era el trueque.
¿Cómo se sabe que el 13 de marzo ocurrió la fundación de México-Tenochtitlan?
La realidad es que aún existe un poco de controversia con esta fecha, por esa misma razón otras fuentes la establecen el 20 de junio, el 18 de julio o incluso en diciembre. Por ahora, el año más consensuado sobre el surgimiento de la ciudad prehispánica es 1325 debido a estudios tanto históricos como astrológicos, y la razón para fijar el 13 de marzo se sustenta en la Crónica Mexicáyotl, escrita en 1609 por Hernando de Alvarado Tezozómoc, que la establece como el momento en que terminó la peregrinación del pueblo mexica y comenzó su asentamiento en el lago de Texcoco.