Con 600 kilómetros de infraestructura ciclista y mayor número de biciescuelas, el transporte en bicicleta es una opción real para la ciudadanía chilanga
De formar parte de las políticas a favor del medio ambiente en la ciudad, la bicicleta es ahora un sector del Programa Integral de Movilidad en la Ciudad de México, medida que contribuyó a incentivar el uso de este vehículo, así como para que las autoridades ampliaran y perfeccionaran la infraestructura física.
El maestro Salvador Medina Ramírez, subsecretario de Planeación, Políticas y Regulación de la Secretaría de Movilidad (Semovi), precisa: “Desde el inicio de esta administración detectamos un problema en la estructura ciclista de la Ciudad de México: no estaba integrada, es decir, había mucha infraestructura dispersa y no formaban una red, además de que tampoco se integraba muy bien con el transporte público, había cierta fragmentación institucional”.
Esto sucedía porque “antes quien hacía la infraestructura ciclista en términos de planeación y a veces también de ejecución era la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema), en otras palabras, se les daba más impulso a las bicicletas como parte de la política ambiental y no de la de movilidad”.
Como parte del Programa Integral de Movilidad se incluyeron varias cosas: “Se estableció el objetivo de integrar la bicicleta al sistema de movilidad e incrementar el número de biciestacionamientos masivos conectados al transporte público de alta demanda, como el metro, para que la puedan dejar ahí; incrementar la cobertura de Ecobici, llegar a 600 kilómetros de infraestructura ciclista y aumentar el número de biciescuelas”.
Hasta el momento, estas metas van en camino de concretarse, dice Medina Ramírez, quien destaca que “muchas de las funciones que estaban en Sedema ahora están en Semovi, no sólo la planeación de la infraestructura ciclista, también ahora una parte de Ecobici y otra de los paseos dominicales, además de las biciescuelas, todo con una perspectiva de movilidad, entonces no es nada más la planeación sino la creación de una institucionalidad nueva dentro de la Semovi para integrar a la bici como parte de todo lo que sucede en la ciudad”.
Más infraestructura, más ciclistas
Con esta nueva perspectiva, las políticas funcionan en conjunto. Por ejemplo, “el sistema Ecobici se ha expandido y ha alcanzado el mayor tamaño que jamás ha tenido, además, está alcanzando niveles de viajes récord cada semana, con lo cual se vuelve una gran alternativa a los movimientos”. El subsecretario ejemplifica:
“Eso se puede ver en Insurgentes, donde hay una nueva ciclovía; ves una gran cantidad de usuarios y muchos de ellos son de Ecobici, es decir, la funcionalidad está más que demostrada, pues, por ejemplo, el estacionamiento de Buenavista está saturado y en general hay una mayor demanda por la infraestructura ciclista”.
Lo mismo sucede con los paseos dominicales: “Cada año tenemos más y más número de viajes. Ecobici anda rondando los 70 mil viajes diarios, es altísimo, y en los paseos dominicales andan arriba de los 100 mil viajes”.
Cultura ciclista
El maestro Salvador Medina considera que en la ciudad “se está generando una cultura del uso de la bicicleta, pero, como siempre, va cambiando. Las culturas no son fijas, son parte de nuestras prácticas sociales y se van atendiendo”. Esta explosión del uso de la bicicleta ha traído nuevas reglas tanto legales como sociales.
Un ejemplo: “El reglamento de tránsito o la ley de movilidad, que es relativamente reciente, no incluía el tema de la bicicleta, pero hoy ya es parte de los instrumentos administrativos legales y eso es un recambio que se refleja en infraestructura en las calles; si no tuviéramos este ordenamiento sería difícil construir en ciclovías, con una ciclovía viene un nuevo reparto del espacio público, nuevo señalamientos y la mayor parte de las personas se dan cuenta que hay ciclistas que tienen derechos y obligaciones”.
El uso de la bicicleta “se incentiva como parte una de las alternativas de movilidad, no es la principal, pero es muy útil y tiene beneficios prácticos para mucha gente: les ahorra dinero, llega más rápido en ciertos recorridos, obtiene beneficios de salud o bienestar personal, es práctica.
“Es decir, para la ciudad es bueno que haya 70 mil viajes más en bicicleta que 70 mil viajes en vehículos porque se libera espacio, se produce menos contaminación y hay más flexibilidad”.
El subsecretario de Planeación, Políticas y Regulación de la Semovi concluye: “La meta es alcanzar 600 kilómetros de ciclovías, hasta hoy tenemos 528 kilómetros construidos, de los cuales, le corresponden a esta administración 239 km; hay otras ciclovías impulsadas por las alcaldías, que son otros 14 km; en total, son 253 en este gobierno, una cifra que es el doble de lo que se había construido hasta antes de que nosotros llegáramos a la administración. Es decir, se ha trabajado, pero aún falta mucho más por hacer”.