Mujeres: blanco de “repegones”

Los “repegones” normales, los de cada día en el transporte público han dejado de ser una acción tolerada por las mujeres: ahora son causa de multas, detenciones y sanciones de hasta seis o más años de prisión.

Desde el 2008, el programa Viajemos Seguras en el Transporte Público ha logrado atender más de mil 600 casos de acoso, abuso, violaciones y demás tipos de violencia sexual ocurridos dentro y en las cercanías del Sistema de Transporte Colectivo Metro.

Los reportes por violencia sexual en el metro han aumentado en los últimos tres años, pero no precisamente porque los transeúntes sean más violentos, sino porque la cultura de la denuncia se fomenta cada día gracias a programas como el desarrollado por el Inmujeres DF y la red de sistemas de transportes colectivos de la ciudad de México.

Así, en el 2012 se registraron 382 casos de violencia sexual: 262 por abuso, 43 por acoso, 65 por otro tipo de agresiones y 13 por violación cometida fuera del metro. El 93.3% de las víctimas fueron mujeres y el 6.7% hombres.

¿Medidas radicales?

Desde la implementación del programa “Viajemos seguras” ya es algo común ver la separación de las áreas exclusivas para mujeres, para algunos viajeros éstas son medidas radicales porque solo evitan el problema de la violencia sexual, pero no la atacan de fondo.

“Son medidas positivas”, corrige Margarita Argot, coordinadora del programa Viajemos Seguras en el Transporte Público y agrega “con la ciudad en la que vivimos, no veo como algo radical la separación temporal de áreas exclusivas para mujeres”.

“La sociedad ha fomentado por muchos años la violación al cuerpo de la mujer, a sus derechos, a su integridad y ha sido muy normal. Se trata de acabar con este tipo de conductas, prevenirlas y avanzar como sociedad”, asegura Argot.

Y cuenta que en el 2007, cuando aún no comenzaba a operar el programa con toda su fuerza, los pasajeros veían mal las denuncias hechas por las mujeres, “decían que era culpa de ellas por vestirse de cierta forma, por estar en un espacio que no les correspondía. Ahora cada vez más gente las apoya”, explica Margarita.

Pese a que la mayoría de las víctimas son mujeres agredidas por hombres, se han dado casos contrarios. Margarita Argot recuerda uno de ellos: “en el 2008 tuvimos una mujer que fue detenida por molestar a un joven. Vimos que tenía perfil de pederasta, pero no logró consumar el abuso sexual gracias a que el él la denunció”.

Antídoto lento

Aunque la abogada y la sicóloga reconocen que la mejor forma de evitar los delitos sexuales es con educación, algunas de las soluciones que plantean para mejorar esta situación es no quedarse calladas ante los abusos o acosos y ser solidarias si vemos que alguien sufre este tipo de violencia.

Así mismo, piden a las autoridades que sigan capacitando a los policías para que sepan cómo atender estos casos; que haya más cámaras de vigilancia y que, a modo de publicidad, pongan en los andenes las sanciones a las que se harían acreedoras las personas que incurran en estos delitos.

Al preguntar a Jose Alfredo Carrillo, gerente de seguridad institucional del STC Metro, sobre qué se está haciendo ante las denuncias de violencia sexual en el medio que resguarda, comentó escuetamente: “es un tema que se trabaja con Inmujeres a partir de la prevención del difundir, el número exacto no te lo podría dar… Pero más que todo es a nivel de prevención (sic)”

MAÑANA: ¿Cómo operan los acosadores?

Las penas

Vejaciones (piropos): multas o arrestos de hasta 36 horas

Acoso: de 1 a 3 años de prisión

Abuso: de 1 a 6 años de prisión (por ser dentro del transporte, la pena aumenta en dos terceras partes)

Violación: prisión de seis a diecisiete años.

Perfil de la víctima:

Mujeres de 15 a 29 años de edad, en su mayoría empleadas y estudiantes que viven en el DF.

Perfil del agresor:

Hombres de 25 a 39 años de edad, en su mayoría empleados que viven en el DF o el Estado de México.

(CRISTINA SALMERÓN)