Después del terremoto de 1985 la Ciudad de México no se convirtió en un sitio totalmente seguro, por el contrario nacieron en la ciudad nuevas zonas vulnerables a los sismos, esto de acuerdo con el nuevo Atlas de Riesgo del Distrito Federal.
Así lo explica en entrevista Oscar Alejandro Roa Flores, creador de este mapa ahora digital, y que con ayuda de universidades integró datos sobre riesgos que no se tenían contemplados en el pasado.
Señala que paradójicamente en 1985 una gran cantidad de personas se alejaron de la zona centro del DF para protegerse de los terremotos. Empezaron a poblar zonas lejanas dentro de Tláhuac e Iztapalapa, así sitios en donde antes no había una sola casa se convirtieron en colonias.
Ahora estas nuevas colonias se han hecho peligrosas en caso de sismo, ya que albergan casas autoconstruidas, evidentemente sin las consideraciones establecidas en la Norma de Construcción, y que en consecuencia pueden desplomarse.
El factor Acambay
Por muchos años las autoridades del Distrito Federal señalaron que el mayor riesgo en el Distrito Federal en caso de sismo se encuentra en algunas delegaciones de la zona norte, centro y sur oriente como es el caso de Cuauhtémoc, Benito Juárez, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztacalco, Iztapalapa, Xochimilco y Tláhuac.
De este modo se ha descartado al poniente de la ciudad (lugar donde se encuentra Santa Fe, sitio con numerosos edificios y torres) como un sector vulnerable ante los movimientos geológicos.
Sin embargo ahora el nuevo Atlas de Riesgos del Distrito Federal indica lo contrario. Pues reconoce que el poniente del DF puede ser sacudido si llega a haber un nuevo sismo con epicentro en Acambay, poblado del Estado de México, asentado en el Eje Neovolcánico Mexicano en donde hay numerosas fallas geológicas y que en 1912 fue sacudido por un terremoto de 6.9 grados.
La empresa Especialistas en Evaluación de Riesgos Naturales (ERN) realizó estudios en Acambay en donde establece que un sismo generado en esta zona afectaría al Edomex y al Distrito Federal, en ambas habría pérdidas por 29 mil millones de pesos.
Mientras que al gobierno federal le haría perder un aproximado de 12 millones de pesos en carreteras, puentes, escuelas públicas, escuelas privadas y vivienda rural.
La resonancia
El nuevo Atlas de Riesgos del Distrito Federal explica cuál es el factor de resonancia y cómo afecta a la parte baja del Distrito Federal.
“Hay que entender que ante un sismo la ciudad se mueve como una gelatina gigante. Cuando llega un sismo lo que ocurre es que se amplifican las ondas sísmicas y es lo que crea un impacto mayor en las zonas bajas.
“En el nuevo Atlas se cargaron mapas digitales para sismos con periodo de retronó con diferente tipo de intensidad para así entender mejor los fenómenos y poder actuar”.
(Josué Huerta)