Las 10 unidades médicas móviles con servicio de mastografía dan servicio de diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama a mujeres de las 16 alcaldías de la CDMX, y las remiten a un hospital de ser necesario
Katya López Cedillo
Para prevenir el cáncer de mama, Martha Yasín Trejo, ama de casa de 48 años, se acercó al servicio gratuito de mastógrafos móviles de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México (SEDESA) y en 45 días conoció su diagnóstico. “Me dolía el pecho del lado derecho. La última vez que hice mi estudio tenía un tejido irregular y la doctora me mandó a hacer un ultrasonido mamario, allí el doctor vio que tenía algo que no se veía muy bien y me pidió hacer una biopsia. Afortunadamente todo el seguimiento en una clínica especializada y con especialistas muy buenos se pudo detectar que no tengo nada pero seguiré en observación”, comentó.
La prevención es la estrategia más efectiva contra todo tipo de cáncer; en el caso del de mama —tumor maligno más frecuente en las mujeres— el Gobierno de la Ciudad de México ofrece un método de detección integral que incluye el diagnóstico y el tratamiento. A los mastógrafos en unidades médicas se suman 10 unidades médicas móviles con las herramientas necesarias para acercar el servicio de manera gratuita a usuarias en las 16 alcaldías, sobre todo en zonas de alta marginalidad.
De enero a julio de este año, la SEDESA llevó a cabo 19 mil 443 mastografías en unidades fijas y móviles, y tan sólo de junio a la tercera semana de agosto se atendieron a mil 920 personas. “Me alegra que fue muy rápido aunque fueron días difíciles y de mucha incertidumbre para mí y mi esposo, pero me siento muy contenta y tranquila de estar sana y me seguiré revisando. Lo mejor de este programa es que es gratuito”, comparte Martha.
Rápido y gratuito
En el caso de las unidades médicas móviles, “se estacionan al lado de un parque o un mercado y han brindado apoyo a 99% de mujeres de más de 40 años y 1% de hombres, pues también pueden desarrollar cáncer de mama”, explica el doctor Miguel Adrián González, líder de las estrategias del programa en la capital del país, quien agrega que con unidades móviles se llega a más personas. “Se toma una mastografía y se decide si se requiere de un estudio complementario, lo que no significa que se tenga cáncer sino que en un ultrasonido mamario o una biopsia se busca si se tiene una lesión cancerígena. Sólo 10% a 15% requieren estudio complementario, y de éste, 2% se confirman pacientes con cáncer de mama y se les remite a tres instituciones: el Hospital General de México, el Hospital Juárez o el Instituto Nacional de Cancerología para recibir tratamiento”.
De acuerdo al médico, este programa es único y solidario con la salud y la economía de los capitalinos, y tiene un gran impacto porque una mastografía puede costar 400 pesos; si hay un resultado alterado, se hacen estudios complementarios como ultrasonido mamario o biopsia y eso cuesta entre 3 mil a 5 mil pesos y si fuese positivo, se agregan los costos del tratamiento. “No generamos un costo y en especial buscamos la meta de brindar una expectativa de vida más alta a las usuarias, porque suelen llegar en etapas avanzadas, por eso procuramos hacer conciencia en las mujeres para que desde los 20 años se hagan autoexploraciones regulares”.
Las fechas y lugares por los que pasarán las unidades móviles se difunden en las redes sociales de la SEDESA y regularmente el programa se adhiere a las Ferias del Bienestar. La meta es brindar 35 mil atenciones de junio a noviembre de este año. “Hacemos una invitación abierta a los capitalinos para que al ver una unidad móvil asistan a hacer sus estudios y posteriormente a recoger el resultado, que al ser una imagen especializada no se interpreta en el momento, sino tres semanas después; si hay un resultado sospechoso, se busca a la usuaria y se le solicita un estudio complementario”.
Invitación abierta
Martha Yasín Trejo pidió que no cambien este programa “porque me ayudó mucho y espero que piensen en todas las personas a las que nos ayudan con este servicio, sería difícil para la gente de bajos recursos seguir una serie de análisis para saber si se tiene o no cáncer de mama y después pagar un tratamiento en un hospital. Además, la calidad del servicio y los médicos que me atendieron es muy buena”.
La SEDESA recomienda a las mujeres mayores de 20 años realizarse autoexploraciones cada mes, revisión clínica a partir de los 25 años y en mujeres mayores de 40 años practicarse una mastografía. También se puede acudir al centro de salud más cercano donde personal médico brindará la consejería, realizará la exploración clínica o referirá a la usuaria al estudio con mayor sensibilidad según su edad y antecedentes.