Otra acusación contra el delegado de Coyoacán

Vecinos de la Unidad Los Culhuacanes y Los Pedregales en la Delegación Coyoacán acusaron al delegado Mauricio Toledo de proteger a funcionarios que lucran con la dotación de agua potable.

El pasado jueves, cerca de 800 personas se manifestaron en el Jardín Hidalgo para exigir a Toledo una explicación a diversas irregularidades que han detectado por parte de servidores públicos de su administración, una de ellas, la protección de funcionarios cercanos a Toledo que han tomado el control del funcionamiento de bombas en la Unidad Habitacional CTM Culhuacán y el condicionamiento en la entrega de pipas.

MASDF visitó ambos lugares para conocer la inconformidad de los vecinos, quienes pidieron se reservara su nombre para evitar represalias, pues advierten que “temen por su seguridad”.

“El Comité Vecinal es muy cercano al delegado y desde que empezó esta administración se han adueñado de las bombas de agua; Nos cobran por prenderlas, la Coordinadora Vecinal, una señora de nombre Alicia, que es cercana al grupo político del delegado mantiene cerrado el cuarto donde están las bombas y nadie puede meterse; es gente muy violenta y ya hemos pedido al Sistema de Aguas que nos ayude, pero no nos hacen caso”, dijo una de las entrevistadas en los Culhuacanes.

En la zona de los Pedregales, particularmente en la colonia Santo Domingo, los vecinos acusan también a funcionarios de la Subdireccion Territorial de condicionar la entrega de agua potable.

“Hace como quince días hubo un bloqueo que realizamos sobre Eje 10 porque ya es imposible que no nos hagan caso. Desde hace como seis meses nos dijeron en el Sistema de Aguas que un tubo se rompió y que lo están reparando. Pedimos entonces a la Delegación que nos enviaran una pipa, me dieron un número de folio y me dijeron que en 20 días nos la mandarían, pero que si conocíamos a algún dirigente de Toledo la mandarían en tres días y no se vale. Hemos pedido al Delegado que nos de una explicación de por qué sólo a sus simpatizantes les mandan las pipas, pero no nos hacen caso”, demandó otra de las vecinas de Santo Domingo.