¡Recordar es volver a vivir! Y, seguramente, los 90 siguen muy frescos en tu memoria cada que desempolvas tu infancia o adolescencia. Durante esa década, no solamente se hicieron leyendas en algunos ámbitos como en la tecnología, la música y el cine; también en la moda.
La moda noventera logró zafarse de su predecesora de los 80 y, con la industrialización, todo el mundo tuvo acceso a esta tan añorada ropa que hoy a muchos nos gusta volver a portar.
Este chilango nostálgico es para que te transportes al pasado y recuerdes el mega oso de los suéteres a la cintura y las súper plataformas de los outfits noventeros.
Vestidos florales
La influencia del grunge estaba muy presente en la moda de esos años. Era común ver a las chicas con vestidos cortos de tirantes estampados con florecitas, playeras blancas por debajo, una mini mochila al hombro y botas negras de plataforma o, en su mejor defecto, unas Dr. Martens con calcetas negras o medias de red.
También era muy usual usar este outfit con alguna gargantilla negra de terciopelo o plástico y el cabello con nudos bantúes como los que popularizaron Bjork y Gwen Stefani, quienes —además— fueron iconos de esta década.
Mezclilla por todas partes
Llegaron los noventa y ¡pum! Estalló la producción de mezclilla. Gracias a los diseñadores de moda, este material se hizo infalible para la creación de cualquier prenda de vestir: chamarras, chalecos, blusas, vestidos, faldas, pantalones, tenis, mochilas y los famosos overoles.
Lo más común de la época era ver a hombres y mujeres con este outfit unisex. Pantalones de mezclilla clara y tiro largo, con una playera lisa de color y una camisa de cuadros amarrada a la cintura. Los zapatos “chunky” eran perfectos para cualquier ocasión. A las mujeres nos encantaba utilizar una dona en la muñeca y el cabello largo y suelto.
Rosita Fresita
Las faldas estampadas y lo colores pastel llegaron a utilizarse por un amplio sector que prefería lo soñador y romántico. Era usual andar por la vida con margaritas en la mano, una falda blanca de peto, un suéter peludito rosa pastel, unos converse también blancos y —por supuesto— un sombrero para completar el look.
Overoles
Nadie sabe de dónde salieron pero eso sí, se podía ver a chicos y grandes disfrutar de esta cómoda prenda. Estaba chido llevar un overall con parche y por debajo un crop top o un “payasito” de ballet (no importa si no bailabas, era indispensable). Tenis blancos relucientes o botas. Uno de los coordinados más sencillos y representativos de esta época.
Pana
La pana también jugó un papel medio gótico y elegante en la década noventera. Se capitalizó como la mezclilla y se usó para casi todo. Llevar en ese entonces una falda corta de mezclilla con unas medias negras, una blusa de manga larga o cuello de tortuga y un chaleco de mezclilla era estar en tendencia.
Ellos
También cabe destacar que el género masculino también —lo hayan querido o no— tenían algo de esta moda extravagante. Pantalones baggy, suéteres de lana y ponchos hippies, chamarras lisas de piel, camisas de satín, zapatos gruesos, tenis de basquetbolista y gorras tejidas fueron constantes en su guardarropas noventeros.