Juegos que elevan la adrenalina pero también paseos tranquilos con historia y cultura, son algunas de las atracciones del nuevo espacio en el Bosque de Chapultepec
A 86 metros sobre el nivel del piso, la perspectiva es hermosa: el Lago de Chapultepec luce esplendoroso, Paseo de la Reforma muestra su belleza, los edificios más altos se ven imponentes. Es la vista que ofrece la máxima atracción de Parque Aztlán, una rueda de la fortuna cuya estructura pesa 480 toneladas, que cuenta con 40 cabinas con capacidad para seis pasajeros, equipadas con aire acondicionado y calefacción, además de conexión Bluetooth. Todos anhelan subir a Aztlán 360, el nombre oficial de este esparcimiento, por lo que, pese a que el sol cae a plomo, los visitantes hacen acopio de paciencia para esperar su turno. “Vale la pena”, dice Javier sin pensarlo demasiado, quien, junto a su novia, bromea y sonríe para distraerse en lo que espera su oportunidad de tener una perspectiva de altura de la Ciudad de México. La primavera ya se vive a plenitud en este soleado día de marzo. Decenas de personas se aglomeran en la taquilla para obtener su tarjeta gratuita, recargarla y acceder para disfrutar de los juegos.
Un oasis
En una ciudad tan caótica, el Parque Aztlán es un oasis, un remanso de paz que ofrece un respiro ante el vertiginoso ritmo de vida con el que cotidianamente nos movemos. Afuera la gente tiene prisa de llegar, adentro se pierde el sentido del tiempo. Aquí lo más recomendable es bajar las revoluciones y relajarte. Si eres fan de la adrenalina, puedes optar por la Montaña Jurásica, unas góndolas giratorias en forma de pterodáctilos que te hacen gritar de emoción; pero también están las tasas giratorias, La Cucaracha, Guardianes del Aire, La Quebradora, Furia sobre Ruedas, Astrolumpio, Vuelo de Cantoya, La Rocola Chocón, juegos de destreza, entre otros. Para los menos aventurados, es posible pasear con toda tranquilidad por las calles del parque, comprar un helado o unas palomitas e incluso cruzar por la fuente bailarina, donde el agua surge del piso y te da un buen remojón. Adolescentes en parejas o en grupos, niños y niñas sonrientes que no disimulan su emoción ante la diversión que se avizora, familias completas que no pierden la oportunidad para tomarse la consabida selfie y eternizar ese instante de diversión.
Diversión garantizada
Ramiro pasea con su esposa y su hija de escasos ocho años. Hizo poco más de dos horas desde su hogar, allá por Ciudad Azteca, hasta Parque Aztlán. Pero está feliz, al igual que su familia. “Sí está pesado el viajecito, pero por sus hijos uno hace cualquier sacrificio”, sentencia y agrega: “está bonito el parque, muy limpiecito todo y los precios no están tan manchados como esperaba. Nos vamos a subir a algunos juegos”. Dana y sus amigas tienen una consigna: “Vamos a divertirnos al máximo, a eso vinimos. Ahorita no hay mucha gente y hay que aprovechar, porque luego va a ser imposible subirse a la Rueda de la Fortuna, por ejemplo”.
Luego de tres años y medio desde el cierre de la antigua Feria de Chapultepec, ahora se levanta orgulloso el Parque Aztlán. El gobierno capitalino espera la asistencia de 15 mil personas diariamente, en tanto que en un año considera factible que asistan 3 millones de visitantes, pues, aparte de sus ofertas de entretenimiento, en este espacio confluyen historia y cultura. El nuevo parque de diversiones se ubica en la segunda sección del Bosque de Chapultepec, Avenida de los Compositores S/N, a un costado del museo del Papalote y de la calzada flotante que conecta la primera y la segunda sección del bosque. Su horario será de martes a domingo de 10:00 a 23:00 horas. La entrada al parque es gratuita, pero la tarjeta la debes recargar para poder acceder a los juegos. Puedes hacer recargas individuales (por juego) o comprar un paquete como alguno de los siguientes:
- $625, todo incluido: una vuelta en cada una de las atracciones. No incluye juegos de destreza.
- $250, infantil: incluye juegos infantiles y familiares excepto el Carrusel, la Rocola Chocona, Aztlán 360, Siniestro y la experiencia inmersiva.
- $350 infantil + Aztlán 360.
En la página oficial puedes consultar a detalle qué incluye cada uno de los paquetes. Los costos por atracción van alrededor de los $40 a los $120.
Adrenalina
Aunque va con su hija pequeña, Ramiro espera tener la oportunidad de subirse a uno o dos juegos extremos. “A mí lo que me gusta es la adrenalina, mi esposa como que no se anima, pero la voy a convencer de subirnos a la Montaña Rusa Jurásica o al Remolinete”, dice con cierta picardía. Considera que los precios no son excesivos: “Calculo que por familia uno se gaste como 800 pesos. Por supuesto, no nos vamos a subir a todos los juegos porque entonces sí se saldría de nuestro presupuesto, sólo vamos a algunos, los más atrevidos para que valga la pena el viaje”, concluye.