Desde hace 13 años, 400 personas privadas de la libertad participan en actividades tradicionales
Hace 13 años la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y el Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Adaptación Social implementaron la convocatoria del Concurso Nacional de Pastorelas Penitenciarias, que desde entonces se lleva a cabo durante una semana, con la participación de 400 personas privadas de la libertad (PPL) de los 12 centros de Readaptación Social de la capital del país.
En entrevista para +Chilango, Sandra Nava, asistente de vinculación social en la Subsecretaría del Sistema Penitenciario, indica que durante ese tiempo se hace un recorrido por los 12 centros para calificar las obras participantes y así seleccionar la mejor pastorela, que representará a la ciudad a nivel nacional.
La Subdirección de Vinculación Social trabaja como intermediaria entre el órgano desconcentrado y el Sistema Penitenciario; en conjunto, lanzan la convocatoria del Concurso de Pastorelas Penitenciarias dos meses antes, tiempo en el que las PPL preparan su puesta en escena.
Pese a que los requisitos para participar son iguales para todos los centros, es importante mencionar que cada uno de ellos tienen características distintas en cuanto a número de participantes por puesta en escena, el apoyo con materiales para realizar la escenografía y posibilidades para la confección de sus vestuarios.
“Buen impacto y aceptación”
A lo largo de estos años, las pastorelas han tenido un buen impacto y buena aceptación, señalan las autoridades. En esta convocatoria en particular, las PPL tienen la oportunidad de escribir, dirigir y actuar en la pastorela, ya sea de su autoría o con base en un texto existente, lo cual se convierte en un incentivo.
La convocatoria está abierta para todas las PPL, no se limita a nadie. La mayoría de las personas que se acercan a participar generalmente tienen una “conducta adecuada”, pues estudian, trabajan o buscan algún beneficio en cuanto a su proceso legal.
Durante el proceso de preparación, las PPL se encargan de elaborar la escenografía y el vestuario para presentar su puesta. Por lo regular se apoyan de materiales reciclados aunque en ocasiones los centros les proporcionan algún tipo de material. En otras, se adecuan a sus posibilidades y hacen este trabajo con los materiales que tienen a la mano.
Uso de materiales reciclados
De hecho, hay quienes elaboran toda su escenografía y vestimenta con materiales como papel, cartón y plástico, porque la creatividad es un factor que el jurado toma en cuenta al evaluar obras, en conjunto con otros criterios planteados en la convocatoria, tales como el texto, la actuación, la propuesta de espacio, el vestuario, la musicalización y la dirección.
El jurado se conforma con actores, directores y productores de teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), quienes recorren los centros penitenciarios, califican las obras y presentan un veredicto para que el Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Adaptación Social gestione la grabación en video de la pastorela ganadora y así enviarla a la Dirección General de Instituciones, así como remitir las cédulas de las pastorelas seleccionadas y del resto de los participantes.
El primer lugar gana 30 mil pesos; el segundo, 20 mil pesos; y el tercero, 10 mil pesos, lo que se convierte en un incentivo más para que las personas quieran participar. Además, se les entrega una constancia a todos los participantes de los centros, aunque su pastorela no haya sido seleccionada para el concurso. Las familias de las PPL pueden acceder a presenciar las pastorelas durante los días de visita autorizada de cada centro.
Evolución
El Órgano Administrativo Desconcentrado señala que tiene varios casos de éxito a partir de la implementación de las pastorelas penitenciarias. Agrega que los encargados culturales son quienes viven de primera mano la evolución de las personas que se involucran y participan en esta actividad.
La participación de las PPL en este tipo de actividades son de gran importancia, afirma, para obtener el beneficio de disminución de su condena, gracias a las constancias, reconocimientos, estudios y/o trabajo, cuyo registro está contenido en el archivo de cada persona, mismo que es revisado por el juez de ejecución para saber cuál ha sido la evolución y el desarrollo de la persona en cuestión.
Para acceder a un beneficio, la persona debe contar con las tres áreas básicas de la reinserción social: cultura, deporte y recreación. “Entre más participen o más constancias tengan, para el juez es un indicador de que ha estado evolucionando o ha tenido esa cercanía con la reinserción social y que ya puede ser apto para estar en la sociedad”, indica Sandra Nava.
