Fotografía cortesía
Investigaciones recientes han revelado la sorprendente capacidad de los perros para percibir y distinguir entre habilidades humanas, así como para identificar comportamientos generosos o egoístas. Un estudio realizado el año pasado por la Universidad de Kioto en Japón examinó la habilidad de los canes para discernir entre personas hábiles y torpes, arrojando resultados asombrosos.
El experimento consistió en presentar a dos personas frente a un perro, cada una con un recipiente transparente lleno de comida. Mientras a una se le instruyó abrir fácilmente el recipiente, a la otra se le pidió fingir dificultades. Los perros mostraron una marcada preferencia por el humano más hábil, especialmente las hembras, quienes demostraron ser más perceptivas que los machos.
Sofía R. Viniegra, especialista de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, respalda estos hallazgos y enfatiza la necesidad de más investigaciones en el campo. Según Viniegra, los perros son capaces de leer nuestras señales de manera excepcional. Por ejemplo, mientras otros animales no identifican la intención detrás de señalar con el dedo, los perros pueden seguir la trayectoria imaginaria de la línea trazada. Es plausible que, como parte de su proceso de aprendizaje, también puedan identificar las habilidades de los humanos.
Pero, ¿qué ocurre cuando se trata de la generosidad o el egoísmo humano? Investigadores del Grupo de Investigación del Comportamiento en Cánidos (ICOC) en Argentina se plantearon esta interrogante y llevaron a cabo un experimento con perros divididos en tres grupos: cachorros, adultos y perros de refugio. Dos personas ofrecieron comida a los perros, una de manera generosa y la otra de forma egoísta.
Los resultados demostraron que los perros adultos y los de refugio manifestaron una clara preferencia por la persona generosa en el segundo encuentro, mientras que los cachorros no mostraron distinción alguna.
Viniegra sostiene que los perros pueden aprender a distinguir entre personas egoístas y generosas, pero la experiencia juega un papel crucial en este proceso. Además, los perros tienen la capacidad de identificar nuestras emociones y determinar quién es más propenso a brindarles comida, afecto o paseos.
En resumen, estos estudios resaltan la habilidad de los perros para adaptarse según las circunstancias y modificar su comportamiento en consecuencia. Como afirma Viniegra, los perros tienen la habilidad de elegir la mejor forma de obtener lo que desean. Aunque tienen preferencias para satisfacer sus necesidades, estas pueden variar dependiendo de la situación.
Los perros no solo son expertos en percibir destrezas humanas, sino también en detectar comportamientos generosos, lo que demuestra su capacidad única de comprender y responder a las acciones humanas en diversas situaciones.
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