En la Ciudad de México operan 727 empresas de seguridad privada que podrían realizar las funciones que ejecutan hoy los policías auxiliares en las delegaciones de la ciudad para que mejor se dediquen a resguardar la seguridad pública.
De acuerdo con el presidente del Grupo Cios, Francisco Ramírez Moreno, el modelo de la policía bancaria que ofrece servicios privados a los consorcios no es viable, pues se les paga con impuestos y además obtienen cuotas adicionales.
Los especialistas que lideran esta empresa mexicana son colombianos, y a su parecer, el primer paso para disminuir la delincuencia y hacer más eficaz el trabajo de seguridad es dignificar al policía ofreciéndole una mayor jerarquía.
Ramírez Moreno destacó que en Colombia el jefe de la policía es similar en rango a los titulares que manejan las fuerzas armadas de su país, como el Ejército y la Marina, aunque no por ello tienen mayores sueldos, sino mejores prestaciones.
“Si el concepto del país está complicado, el Distrito Federal también va en esa situación. Se han dado esfuerzos interesantes, sin embargo nos enfrentamos con una ciudad con una policía que requiere capacitación”, destacó el empresario.
Las recomendaciones
El representante de la empresa que fue reconocida por la World Confederation of Business con el premio BIZZ 2013 también realizó una serie de recomendaciones que además de mejorar la seguridad ayudarían a recaudar más impuestos.
Una de las propuestas es que se instaure una ley para sancionar a las compañías que contratan los servicios de seguridad privada a empresas que no están registradas debidamente, evitando el crecimiento del sector informal.
Lo anterior se debe a que menos de 50% de todas las compañías que ofrecen este servicio se encuentran realmente registradas y solamente 3% realiza certificaciones de calidad para mantener a sus elementos preparados.
Con la aplicación de esta medida podrían generarse cerca de un millón de empleos formales al abatir a las empresas “patito”, aumentando el impacto que tiene el sector en la economía mexicana, que asciende a 2% del PIB.
(Ignacio Gómez)