Existen muchas creencias sobre la infestación de estos insectos, entre ellas que se propagan más en temporada de calor. Un especialista nos aclara las dudas
Los piojos pueden presentarse en todas las personas, sin importar sus hábitos de higiene o condición social. Suele ser una infestación que afecta a los niños en edad preescolar y escolar, y el tiempo que viven en el cuero cabelludo tiene que ver con el ciclo de vida del propio piojo y por supuesto, con los tratamientos contra ellos.
El desarrollo de estos insectos en las personas consta de tres etapas: la primera es la aparición de liendres o huevecillos parecidos a pequeñas perlas, principalmente detrás de las orejas y/o en la nuca; la segunda es cuando se rompen los huevecillos, en ese momento se forma una ninfa, también conocida como la forma joven del piojo; y la tercera es cuando se forma el piojo como tal.
Socialmente existen muchos prejuicios y estigmas alrededor de los tirápteros, para resolver dudas, + Chilango conversa con el doctor Romeo Adalid Martínez, director de la Jurisdicción Sanitaria de Venustiano Carranza:
“El piojo es un parásito que regularmente se desarrolla en el ser humano y se alimenta exclusivamente de sangre. No vuela, no brinca y no se va a ningún otro lado. Una vez que uno se infecta con el piojo, tiende a irse detrás de las orejas y la nuca, debido a que son lugares más reservados y la temperatura es ideal. Las liendres producen saliva que ayuda a que se adhiera al cuero cabelludo”.
De acuerdo con el especialista, pese a que el aumento de la temperatura es ideal para el desarrollo de piojos, en temporadas de calor no necesariamente aumentan los casos de pediculosis. Los contagios se presentan en cualquier época del año.
¿Falta de higiene?
En cuanto al aseo personal, los piojos también se suelen asociar con la falta de higiene personal; sin embargo, no importa cuántas veces a la semana se bañe la persona, eso no impedirá un contagio, porque la infección de piojos ocurre por el contacto directo, es decir, juntar la cabeza con alguien que tenga pediculosis; en esos casos, el piojo camina hacia el cuero cabelludo para dejar sus huevecillos.
Usar peines, cepillos o gorras de alguien contagiado, no será foco de infección para el resto de las personas, explica el especialista. Comúnmente, los piojos se relacionan con niños de entre los tres y 12 años; no obstante, cualquier persona de cualquier edad los puede contraer en el transporte público.
Las liendres se incuban en un tiempo de entre siete y 12 días, miden entre 4 y 6 milímetros y durante la incubación no se presentarán molestias en la persona contagiada. La ninfa para desarrollarse tarda de nueve a 12 días después de salir del huevecillo, y de ahí empieza el piojo adulto, mismo que se reproduce rápidamente. Cada piojo llega a reproducir 12 huevos al día.
¿Efectos secundarios?
El doctor Romeo Adalid asegura que los piojos no van causar una enfermedad con efectos secundarios graves: “el estigma es más por la infestación y verlos caminando en la cabeza no es muy agradable”.
Por otro lado, debido a la comezón, en ocasiones las personas se llegan a provocar lesiones leves en la piel, cuando se rascan con las uñas. Para el diagnóstico no es necesario el uso de un aparato sofisticado, con una simple revisión bajo la luz es suficiente para detectarlos, una vez que existe el antecedente de comezón.
“En caso de no saber qué hacer, es importante acudir a los centros de salud en la Ciudad de México, que ofrecen servicio los 365 días del año, donde se prescribirá un tratamiento tópico y se darán algunas recomendaciones, cómo la limpieza de toallas y sábanas para evitar su propagación, así como el baño normal y la revisión con peines para piojos para limpiar la cabeza, dos o tres veces por semana. Es muy importante la detección oportuna”.
¿Cabello corto o largo?
El Dr. Romero indica que el estigma les hace más daño a las infancias que la propia pediculosis, debido a que se les aísla y/o se les corta el pelo con la idea de eliminar el contagio lo antes posible, pese a que el largo del pelo no está relacionado con la existencia de estos insectos. “El estigma que existe con los niños que tienen piojos, provoca que los queramos aislar, o se les quiera mandar a otro lado y a veces, eso es lo que más daño hace. Debemos tenerles amor, cariño y paciencia para revisarles la cabeza dos o tres veces por semana, además de darles el tratamiento adecuado”.
Finalmente, el especialista hace hincapié en los productos utilizados para eliminar los tirápteros, especialmente llama a la población a no no utilizar ningún tipo de insecticida en la cabeza de sus infancias, ya que puede irritar el cuero cabelludo. La recomendación es que siempre se utilicen los productos que se encuentran en los supermercados y farmacias.