Los niveles de piratería en el DF van de 40 a 50% en ramas como la ropa u otros sectores, pero en materiales eléctricos es más peligrosa, pues los consumidores corren el riesgo de sufrir una lesión en caso de explosión.
Para el experto es muy difícil que se controlen estas actividades ilícitas en la capital del país, ya que las autoridades deberían saber todas las propiedades de estos productos y a veces ni siquiera los especialistas tienen este conocimiento.
Sandoval Ramírez señaló que la Procuraduría Federal del Consumidor no tiene facultades para evitar la compra de esta piratería dado que se vende en tianguis y mercados, y no en establecimientos mercantiles.
“Todo el comercio informal, pirata y producto robado existe porque vamos y lo consumimos”, denunció Ramírez tras asegurar que el ciudadano es el que debe evitar la compra de estos productos.
Incluso el mismo gobierno de la ciudad podría adquirir este tipo de materiales sin saberlo. Las órdenes de compra no suelen requerir una marca en específico, solamente se hace una recomendación seguida de la leyenda: “o similares”.