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Pobres, excluidos y con trabajo precario

Por: Redacción
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Cerca de 2.4 millones de jóvenes en el Valle de México acumulan desventajas desde el nacimiento que hoy les impiden ascender en la escala social

Por Saúl Hernández

Piensa en un amigx, familiar o conocidx que haya nacido en el año 2000. Significa que llegó en un momento en que la mitad de la población en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) vivía en pobreza, es decir, que tuvo la misma probabilidad de nacer en una familia con carencias que en una favorecida. Entre 2000 y 2004 vivió su primera infancia en una época en que 50% de lxs niñxs de los hogares más pobres sufrían de desnutrición crónica.

Avanza en el tiempo y llega al año 2012, cuando terminó la primaria. En ese entonces, más de un tercio de lxs estudiantes de sexto de primaria tenía un desempeño deficiente en Español y Matemáticas, rezago que los acompañó en los grados subsecuentes. Un trienio más tarde concluyó la secundaria o quizá fue del 18% de los adolescentes de 15 años que ya no pudieron seguir asistiendo a la escuela.

Si pasó al siguiente nivel y tuvo la fortuna de no engrosar las altas estadísticas de deserción que caracterizan a la preparatoria, tal vez fue parte del privilegiado 28% de egresados de la educación media superior que en 2019 logró entrar a la universidad.

Para este año el o la bebé que nació a inicios del milenio ya es una persona de 24 años, o próxima a cumplirlos, que pertenece al 59% de jóvenes de su edad que ya tiene empleo, o al 17% que sigue en la escuela, o al 24% que no estudia ni trabaja. Y aun con trabajo, quizá forme parte del 74% que carece de un salario digno.

Este es el panorama adverso que plantea el estudio Jóvenes Oportunidad: Datos de la Zona Metropolitana del Valle de México, publicado la semana pasada y en el marco del Día Internacional de la Juventud que se conmemora este lunes.

El informe, elaborado por la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, exhibe a detalle cómo las personas de entre 15 y 29 años que viven en la capital del país y su área conurbada enfrentan serias barreras para escalar socialmente.

Tales barreras en nada dependen de su mérito o capacidad, sino que son producto de una injusticia estructural, de las desventajas que se acumularon desde su nacimiento por el simple hecho de haber sido pobres.

El documento enlista cinco: desnutrición crónica en los primeros años de vida (0 a 5), aprendizaje deficiente en la educación básica, abandono escolar sin concluir la educación media superior, imposición a las mujeres de trabajos de cuidados y empleos indignos. Todo ello lxs deja en una situación de pobreza, exclusión y precariedad.

A nivel nacional son 16.4 millones lxs jóvenes que viven en cualquiera de estas tres condiciones. Y en la ZMVM (que incluye las 16 alcaldías de la CDMX, 59 municipios conurbados del Estado de México y uno de Hidalgo) la cifra se acerca a 2.4 millones, es decir, la mitad de toda la población juvenil que habita la metrópoli del Valle de México (5.2 millones).

“Hay un universo grande de jóvenes que tenemos que atender con políticas educativas, con políticas laborales y con programas de empleabilidad”, dice Esteban Álvarez, coordinador de la Alianza Jóvenes con Trabajo Digno, quien también se involucró en la investigación.

En entrevista con + Chilango, pide dejar de estigmatizar a este grupo con calificativos peyorativos como “ninis”, que lo único que hace es invisibilizar las carencias estructurales que enfrentan. Es por eso que prefiere el término “jóvenes oportunidad”, usado desde la Alianza con un sentido más positivo y propositivo.

“Es un término que nosotros usamos para referirnos a las personas de entre 15 y 29 años que son creativas, resilientes y que tienen una capacidad de resolución impresionante, pero que muchas veces vienen de contextos adversos; pero cuando les dan una oportunidad para salir de esos contextos que limitan su potencial, inician su proceso de movilidad social”, destaca.

Tres grupos

El informe identifica tres grandes conjuntos de población joven que requieren de políticas públicas para su inclusión económica. El primero se conforma de personas que siguen en la escuela, pero viven en condiciones de pobreza y tienen mayor posibilidad de abandono escolar. Aglutina a 659 mil jóvenes.

El segundo se conforma por jóvenes que quedaron fuera del sistema educativo, no concluyeron la educación media superior y tampoco tienen trabajo. Se trata de 543 mil personas excluidas de toda oportunidad educativa o laboral, 71% son mujeres.

“Lo que nosotros vemos, y el estudio revela, es que hay muchísimas mujeres que no pueden salir a buscar empleo porque están realizando tareas de cuidados no remunerados en el hogar”, agrega Álvarez.

Finalmente está el grupo más grande, de 1 millón 150 jóvenes que laboran en condiciones precarias, sin salario suficiente para superar el umbral de pobreza y/o sin prestaciones ni seguridad social.

Álvarez considera que algunas políticas públicas que ayudarían a estas poblaciones son el mejoramiento del programa Jóvenes Construyendo el Futuro, la creación de un sistema nacional de cuidados y el fortalecimiento de los sistemas técnicos y tecnológicos de la educación media superior.

+ Datos

  • 940 mil jóvenes de la CDMX enfrentan situaciones de pobreza, exclusión o precariedad laboral
  • 1,412,000 personas de 15 a 29 años en el área conurbada del Estado de México viven en las mismas condiciones 
  • Otras barreras que lxs jóvenes enfrentan son los embarazos precoces o no planeados, la violencia intrafamiliar, la discriminación y los problemas de salud mental