El estudio, realizado a solicitud de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), señala que más de 776 mil personas podrían utilizar el tren diariamente, pero de ellos, casi 503 mil preferirán otro transporte.
“La demanda (de usuarios) no captada es de 502 mil 968 pasajeros de los que 41.14% se desplaza en transporte público y 58.86% en transporte privado”, dice el estudio.
Del total de la demanda que no será no captada en 2017, cuando iniciará operaciones el tren, 25% corresponde a personas que realizan viajes internos en el DF, entre Observatorio y Santa Fe.
El otro porcentaje se divide entre los posibles usuarios que se desplazan en la zona de Toluca (52%) y quienes realizan diariamente viajes entre ambas entidades y no cambiarán su forma de transportarse (23%).
El análisis estima que para 2047 se realizarán 150 mil 970 viajes internos en la ciudad y la utilización del tren entre los capitalinos aumentará, únicamente, 20%.
El estudio, realizado a petición de la SCT, también revela que quienes viven en el DF y circulen por la zona de Santa Fe, pero sin usar el tren, no verán grandes diferencias en cuanto al tiempo de traslado.
COSTOSO, PERO NECESARIO
El Tren Interurbano México-Toluca no fue contemplado para beneficiar a los habitantes de Santa Fe, consideró el perito en desarrollo urbano del Distrito Federal, Felipe Ordóñez.
En entrevista, quien fungió como director del Programa de Desarrollo Urbano en la ciudad entre 1998 y 2000 precisó que el objetivo es contar con una alternativa de transporte para quienes se mueven entre Toluca y el DF.
“Esas obras tienen un altísimo costo para los mexicanos, pero (representan) un beneficio en términos metropolitanos, porque permiten que las personas tengan una opción que no sea el autobús”, indicó y pidió llegar a un consenso con quienes se oponen a la obra.
El coordinador de la especialidad de Urbanismo en la UNAM, Enrique Soto, coincidió con lo anterior y refirió que es un proyecto que debe realizarse para atender a quienes no usan automóvil: “Son costos sociales y económicos e, incluso, ambientales, que se tienen que asumir en el proyecto… no los puedes aminorar”.
SIN CONSENSO
Ante la preocupación por los daños que pudiera ocasionar el paso del tren, el presidente de la asociación Centro por el Derecho Urbano de Santa Fe, Gerardo Ocampo, anunció que continuarán las marchas en contra de este proyecto.
“Entre mil 800 y 2 mil propiedades serán afectadas. Si el gobierno actuara con racionalidad tendría que indemnizar, pues los vecinos deberán recortar sus fachadas (por el paso del tren)”, dijo en entrevista.
Derivado de estas dudas, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) recomendó al gobierno local aplazar la construcción de la tercera fase del proyecto.
Según la recomendación del organismo, se debe brindar información clara sobre los alcances y posibles afectaciones por la construcción del tren.
Al respecto, la Secretaría de Obras y Servicios informó a este diario que continuarán las mesas de diálogo con los inconformes, pero que es inviable cambiar el trazo del proyecto, es decir, el tren pasará por avenida Vasco de Quiroga y no por Constituyentes o Río Tacubaya, como proponen asociaciones vecinales.
Se solicitó entrevista con el Director de Transporte Ferroviario y Multimodal de la SCT, Pablo Suárez, para que explicara el impacto del tren en la movilidad en Santa Fe, pero ésta no se concretó.
EL PROYECTO
- El tren interurbano México-Toluca tendrá dos estaciones en el Distrito Federal, una de ellas, la de Observatorio, conectará con las líneas 1 y 12 del metro.
- La ruta del tren se recorrerá en 39 minutos. Cada unidad transportará hasta mil 44 pasajeros.
- El consorcio que lo construirá incluye a CAABSA Constructora, Prefabricados y Transportes, Cargo Crane, Grupo Corporativo Amodher, Omega Construcciones Ind. y González Soto y Asociados.
(Ignacio Gómez)
