Mientras los peques se toman unas merecidas vacaciones en casa o en algún curso de verano, los papás tienen la tarea de conseguir todo lo que sus hijos necesitarán para su aprendizaje en el próximo grado escolar. Esto debe ir más allá de completar la lista de útiles, ya que los niños requieren de otras herramientas que los adultos pueden otorgar para que les sea más fácil su integración desde el primer día, sin importar si apenas descubrirán lo que se siente pisar el aula de clases o van a cambiar de nivel educativo. Por eso aquí dejamos algunas recomendaciones para prepararse rumbo al regreso al colegio, que en este ciclo 2022-2023 arrancará el lunes 29 de agosto en primarias y secundarias.

Saquen sus sentimientos

Entrar a la escuela puede causar alegría, tristeza o nerviosismo en los más jóvenes del hogar, pero también en los padres. ¿Qué sienten ellos y qué sienten ustedes? Por un lado, estudien el comportamiento de sus hijos y acérquense para conocer sus emociones; así, si expresan ansiedad o temor, podrán tranquilizarlos resolviéndoles sus dudas. No es necesario perseguirlos con preguntas, solo sean empáticos, hablen tranquilos y muéstrense positivos en la charla. Por otro lado, tienen que reconocer si ustedes también tienen preocupaciones. Los niños pueden absorber lo que ven a su alrededor. En caso de que existan aún preguntas respecto a protocolos del colegio, hay que pedir la información; si conlleva un tema más especial como separación del hogar o rezago educativo, consulten a un especialista.

Familiarizar ayuda

Mandar a los chicos a la aventura puede ser abrumador. Antes del primer día, dediquen un momento a presentarles su nuevo colegio; llévenlos a conocer el edificio, aunque sea por fuera. Para los que cambian de nivel en el mismo espacio será más sencillo, pero eso no exenta a los papás de explicarles qué aprenderán este año, lo nuevo que encontrarán, cómo serán las personas que les enseñarán, reglas básicas o para qué sirven determinadas herramientas, entre otros detalles. El punto es dar un primer contacto con la experiencia y que este sea agradable. Es un ejercicio que también pone a prueba qué tan conectados están ustedes con la escuela y el ciclo a empezar.

Organizarse es clave

En vez de tratar de alistar todo en la noche previa o en el mero inicio de clases, hagan pequeñas acciones juntos desde días antes: arreglar el uniforme, forrar cuadernos, comprar alimentos para el lunch, crear un espacio para la realización de tareas, organizar papeleo y más. Un tip es plasmar lo que deben hacer en una lista, la cual pueden dividir en materiales y actividades para verificar qué está completo o falta; esto dará un ejemplo a los niños de la utilidad de la planeación y evitará el estrés por el tiempo. Para cerrar, armen en familia un horario de tareas generales a cumplir durante la etapa escolar. Comiencen a cambiar la rutina vacacional con una semana de anticipación, modificando horas de comida y sueño.

Cuiden su salud

Recuerden las normas para evitar contagiarse de COVID-19. Además de que ya se han vuelto parte de la rutina de higiene diaria, las medidas ayudan a prevenir otras enfermedades. Por tanto, practiquen en casa el lavado de manos, el correcto uso del cubrebocas y cómo limpiar objetos. Agreguen en mochila y lonchera gel antibacterial y una mascarilla sanitaria extra, así como toallitas o sprays desinfectantes. Protejan los alimentos que envíen guardándolos en recipientes o bolsas plásticas. Hay que explicar a los menores de reciente ingreso el reglamento de salud que aplicará el colegio de forma clara y breve. 

¡Empieza el gran día!

Aléjense de los dispositivos electrónicos: todos tienen que dormir bien. Despertar temprano ayudará en los últimos preparativos, sin descuidar los suyos para el trabajo o el hogar, y salir con tiempo de casa. Guarden espacio para un desayuno nutritivo, incluso si hay tiempo preparen algo divertido para los niños —busquen recetas en internet—. Durante el camino mencionen frases positivas y tranquilizadoras esporádicamente. Por último, procuren que la despedida sea lo más corta posible, llenar de besos y abrazos puede hasta causar que el infante ya no quiera entrar. No obstante, fíjate que pase la puerta. De regreso en casa, interésense por saber cómo le fue.

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