María Lafuente, quien descuartizó a su esposo y esparció sus restos por la Ciudad de México, según la Procuraduría General de Justicia del DF (PGJDF), enviaba mensajes de texto desde el teléfono de su cónyuge a amigos y familiares para hacerlo pasar por vivo.
La Procuraduría de Justicia capitalina informó que la Policía de Investigación del DF ubicó desde dónde se enviaron los mensajes SMS, con la ayuda de antenas que rastrean los teléfonos que se encuentran en su perímetro.
Posteriormente, con el resultado del estudio que determina el momento de la muerte (denominado cronotanatológico), la policía concluyó que en el momento en el que se enviaron los mensajes a nombre de la víctima, cuya identidad no ha sido revelada, ésta ya había muerto.
Sus restos fueron encontrados en distintos puntos de la ciudad: en la colonia Roma el torso, en la colonia Valle Escondido, en Tlalpan, las piernas y brazos, sin manos ni pies. Después, la policía encontró su cabeza y manos, así como una sierra eléctrica en la casa de la víctima, ubicada en la colonia Tepepan de la delegación Xochimilco, dio a conocer la PGJDF en un comunicado de prensa publicado el 15 de diciembre.
En los testimonios recabados por la Policía de Investigación capitalina se ubicó a Alejandra Lafuente en los lugares en los que se hallaron los restos de su esposo.
Fue en el domicilio de la víctima donde los peritos se percataron de la existencia de rastros de sangre, por lo que interrogaron a María Alejandra Lafuente Casco en calidad de testigo.
Las “evidentes contradicciones” en las que la probable responsable incurrió, al ser interrogada por las autoridades, hicieron que pasara de testigo a inculpada.
Para desviar las investigaciones, Lafuente Casco psicóloga de profesión, se internó en un instituto psiquiátrico en calidad de paciente.
Ahora Lafuente Casco es la probable responsable del homicidio y enfrentará un proceso penal en un juzgado en el Centro Femenil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla, informó la PGJDF.