La alerta sísmica no tomó por sorpresa a nadie en la Torre Mayor, por el contrario la esperaban con nerviosismo, el memorándum y los carteles se distribuyeron entre los empleados y oficinistas en donde se daban por enterados de que hoy se realizaría el ejercicio para conmemorar los sismos del 85.
Incluso, poco antes de las 10 de la mañana, algunos ya hacían planes para salir a fumar o hacer tareas distintas a las de sus empleos.
En punto de las 10 de la mañana retumbó la alarma sísmica, de inmediato comenzaron los protocolos de protección civil para desalojar por completo el edificio.
En el exterior, antes de la señal personal de seguridad ya acordonaba la zona segura, para ubicar a los oficinistas el sitio más apropiado para concentrarse.
Algunos trabajadores bajaban tranquilos, y cumplieron en todo momento con la recomendación “no corro, no grito, no empujo”, otros más tenían el rostro desencajado pues dijeron, habían recordado la tragedia del 19 de septiembre de hace 29 años.
Una vez abajo, los empleados se dispersaron torpemente por la acera, incluso sobre los carriles laterales de Reforma, esperando que acabara el simulacro y recibir nuevas indicaciones.
La mayoría aprovechó el tiempo para echar humo y con cigarrillo en mano charlar con sus compañeros, otros revisaban su celular, contaban chistes y no faltó quien aprovechó el break para correr por un café que amortiguara la mañana fría.
El tiempo en que se logró el desalojo del inmueble de 53 pisos fue de 21 minutos, de acuerdo con Felipe Flores, director de operaciones quien aseguró que el ejercicio solo se aplicó a los primeros ocho pisos mientras que del noveno hacia arriba solo se solicitó repliegue del personal.
“Un rascacielos como lo es la Torre Mayor no se desaloja, sería muy complicado, nosotros participamos por protocolo”, explicó a Más por más.
Fue a las 10:23 de la mañana cuando el personal que se encargó de vigilar el ejercicio dio la orden de ingresar al edificio, entre claxonazos y una larga fila de autos en carriles centrales de Reforma, pues la evacuación paralizó la circulación en ambos sentidos de la vialidad.
El protocolo de seguridad tuvo replica en varios edificios públicos, escuelas y zonas de oficinas, y fue monitoreado para su evaluación por las cámaras de seguridad que operan en toda la ciudad por las autoridades capitalinas quienes darán los resultados del macro simulacro.