Tras 32 meses de obras de reparación y mantenimiento, la Línea Dorada del Metro regresó a operar con normalidad en sus 20 estaciones y trasbordos, de Tláhuac a Mixcoac
Por Jorge Almazán R.
Luego de 32 meses del colapso entre las estaciones Tezonco y Olivos, la Línea 12 del Metro reinició servicio en las seis estaciones faltantes: Tezonco, Olivos, Nopalera, Zapotitlán, Tlaltenco y Tláhuac, con lo que desde las 11:43 horas del martes, las personas usuarias retomaron sus viajes de Tláhuac a Mixcoac, con sus respectivos trasbordos a las Líneas 2, 4, 7 y 8. Con la apertura de este último tramo, operarán 27 trenes y dos de reserva.
El recorrido de terminal a terminal será de 40 minutos y el intervalo de paso de los trenes en cada estación, de tres minutos con 15 segundos. Se estima que la Línea Dorada tenga una afluencia de 400 mil personas diarias, es decir, un aumento de 170 mil pasajeros por día hasta el pasado lunes.
Al encabezar la reapertura, el jefe de Gobierno, Martí Batres, dijo que se trató de “un trabajo profesional y técnico que muestra los alcances de la ingeniería mexicana. La Línea 12 está reforzada a partir de un Proyecto Ejecutivo realizado por los mejores ingenieros estructuralistas y supervisada por Directores Responsables de Obra corresponsables de Seguridad Estructural y por la Universidad Autónoma de Nuevo León”. Afirmó que la obra cuenta con el Registro de las Constancias de Seguridad Estructural.
Obras en 6.7 kilómetros
El titular de Obras y Servicios, Jesús Esteban, dijo que en los trabajos llevados a cabo en los últimos 6.7 kilómetros que integran este tramo elevado metálico de seis estaciones participó el Colegio Ingenieros Civiles, que inmediatamente después del accidente lo inspeccionó para asegurar que no hubiera ningún otro punto de alto riesgo, llevó a cabo un análisis y determinó una solución. Señaló que hoy la Línea 12 tiene el doble de resistencia.
“El proyecto de reforzamiento requirió de un levantamiento detallado a nivel milimétrico de las condiciones en las que estaba, se utilizó tecnología de punta como escaneos que permiten el nivel de precisión que se requería para para conectar una nueva estructura con la existente, esto llevó a más de 3 mil 500 planos de ingeniería básica, a 17 mil planos de taller, a la construcción de 53 mil piezas que representan alrededor de 16 mil toneladas de acero, con precisiones milimétricas”.
Añadió que “se trabajó en 260 claros, de los cuales tres se reconstruyeron. Aquí, también por recomendación del Comité Técnico Asesor, existía un claro exactamente igual al que se colapsó, solamente existían dos que tenían trabes con una intermedia, y se procedió al desmontaje y la reconstrucción; y el claro 22, que era el más largo en curva y que presentaba una deformación de casi 40 centímetros, y para llevarlo a resistir las demandas del Reglamento de Construcción actual implicaba un reforzamiento que llevaba a afectar casas aledañas, por lo que se optó por bajarlo y hacerlo nuevo”.
Pruebas de funcionamiento
El funcionario de Obras y Servicios señaló que se llevaron a cabo pruebas dinámicas, estáticas y de vibraciones; los trenes se cargaron con bidones con agua y se colocaron durante cuatro horas sobre cada uno de los claros (cargando casi 800 toneladas); se midió la deformación y, aunque el Reglamento de Construcciones permite tener hasta 100 mm de deformación en un claro, “sólo tuvimos de cinco, seis o si no es que un milímetro. Se han colocado cerca de 31 aparatos que nos permiten conocer en tiempo real cómo se comporta la estructura”.
El director del Metro, Guillermo Calderón, insistió en que la reapertura del este tramo elevado se hace “se lleva a cabo luego de cumplir rigurosamente con todas las pruebas estáticas y dinámicas que exigen los protocolos de operación del Metro: técnicos especialistas del organismo y empresas especializadas han dado seguimiento puntual de todas y cada una de las pruebas de los diferentes sistemas y componentes como vía, catenaria, energía eléctrica, señalización, sistema de protección, todo ello para garantizar el correcto funcionamiento y seguridad durante la operación de la Línea 12 por lo que es absolutamente segura”.
Por su parte, el secretario de Movilidad, Andrés Lajous, comentó que todas las unidades de Metrobús y RTP que prestaron sus servicios durante estos meses, regresarán a sus rutas originales, pero no así la Línea 7 del Trolebús, la cual se quedará de manera permanente desde CU hasta Periférico Oriente. “Fueron más de 600 funcionarios públicos de diversas áreas que se involucraron en este servicio emergente. Es muy importante reconocer el trabajo no sólo de RTP, de Metrobús o de Transportes Eléctricos, sino también de la Policía de Tránsito, porque sin ella no se hubiera podido lograr un servicio total de 77 millones de viajes en este periodo”.