Y cuando la tecnología y la ciencia llegan a niveles insospechados, los humanos nos damos cuenta que preferiríamos volver a lo simple, a lo natural en muchos aspectos de la vida, uno de ellos es cuando nacen los hijos, campo en donde han vuelto a alzar la mano las parteras.
“Las mujeres nos están buscando más porque quieren un parto con más libertad. Cada vez hay más casas de nacimiento que hacen partos a domicilio, en agua o paradas”, explica Gabriela.
Parir sin traumas
“A nivel nacional, el porcentaje de partos que se complica es de 3%, comparado con el parto atendido por parteras es del .005%. La cesárea en México se ha vuelto un tema de alarma porque ya el 70% de los niños están naciendo así”, advierte Gabriela.
De acuerdo con las parteras profesionales, los bebés que nacen en el agua tienen menos problemas de estrés, diabetes gestacional, hipertensión, colitis, son niños mucho más tranquilos y su coeficiente intelectual es más elevado.
El conocimiento
Dentro del universo de parteras, están las que son empíricas, que trabajan según su experiencia, y la profesional, que ha tenido estudios técnicos, neonatología, farmacología, medicina homeopática y herbolaria.
Las ventajas que tiene una partera frente a un ginecólogo es la paciencia, la comunicación, el calor, la comprensión, sensibilidad par escuchar, el contacto mamá-mamá, que muchas veces no tienen con un médico de un hospital, asegura Zebadùa.
Por lo regular no les llegan embarazos complicados, pero si eso sucediera, muchas parteras trabajan con médicos que en caso de emergencia, acuden. “Tal vez no se nos complican los partos porque creamos un ambiente donde la madre está tranquila, no hay químicos”, concluye la experta.