Los puestos ambulantes de libreros y artesanos que se ubican sobre la calle de Balderas, desde Niños Héroes hasta la calle de Ayuntamiento, serán reubicados en un corredor cultural en la calle Emilio Dondé y cuya construcción comenzará el próximo 20 de octubre, informó el jefe delegacional en Cuauhtémoc, Alejandro Fernández.
La reubicación obedece a la primera etapa de reordenamiento que se llevará a cabo en la zona.
“Esta y la próxima semana serán para trámites administrativos. Es una obra rápida, estará durando alrededor de un mes y de inmediato se hará la reubicación”, dijo a MÁSPORMÁS en entrevista.
Fernández explicó que la delegación hará una invitación restringida a una empresa, cuyo nombre omitió, y ésta será la encargada de construir el corredor cultural.
El costo de esta obra será de 3 millones de pesos y se hará con presupuesto público.
Emilio Dondé es una calle de dos cuadras que pasa entre el mercado y la plaza de la Ciudadela; inicia en Bucareli y termina en Balderas.
NO AVISARON A COMERCIANTES
Gerardo Ramírez Cuevas, presidente de la asociación civil Corredor Cultural Balderas, que agrupa a 40 vendedores de libros sobre dicha avenida, dijo que la delegación no ha tenido ningún acercamiento para informarles sobre el reordenamiento.
Según Ramírez, actualmente ningún comerciante pagó por ocupar un espacio en la vía pública y sólo realizan pagos por la luz que ocupan y porque se lleven la basura.
LA VIDA DE UN LIBRERO… IRREGULAR
—¿Quieres divertirte un rato? —Pregunta Diego, desde la banqueta de Balderas.
La propuesta divierte a los peatones cuya primera reacción es de rechazo hasta que voltean a ver que sus manos señalan un puesto repleto de libros para todos los gustos.
Sonriente, el vendedor logra detener a por lo menos un par de personas cada hora. Les narra las historias detrás de cada portada que expone en las improvisadas rejas y una mesita que forman su puesto de un metro cuadrado.
Parece muy experimentado en esto de vender libros, pero asegura que tiene menos de un año en ese oficio.
La antigüedad se nota en su puesto: en una estructura metálica coloca las recomendaciones semanales. Entre ellas hay publicaciones antiguas que datan de los años treinta, sobre todo libros y revistas.
El de Diego es sólo uno de los 40 puestos que venden libros; muchos de ellos vacíos a medio día. Aunque los comerciantes están agrupados, dice Diego, cada quien organiza su estrategia como le conviene.
(Luisa Cantú)