Fotografía cortesía
A pesar de su prominencia en Hollywood, Rob Schneider se mantiene humilde y afable. El célebre actor estadounidense, con lazos profundos con México tanto en su vida personal como en sus preferencias deportivas – siendo un devoto seguidor de los Tigres en la Liga MX –, ha demostrado nuevamente su cariño por nuestro país. Esta vez, su afecto se materializó en un gesto conmovedor hacia un grupo de jóvenes deportistas mexicanos en un aeropuerto estadounidense.
El protagonista de “Mi Pobre Angelito” tomó por sorpresa al equipo de la Liga “Mario Mendoza de Navojoa”, Sonora. El equipo regresaba de la Little League World Serie Intermediate en Corea del Sur, donde llegaron a las semifinales. El encuentro casual entre Schneider y los jóvenes deportistas ocurrió en el aeropuerto de Los Ángeles, California.
Con su característica amabilidad, Schneider no solo compartió palabras alentadoras por su destacada participación en Corea, sino que también sufragó la cena de todos los niños y selló el momento con una foto grupal.
El comediante, reconocido por su sentido del humor y su simpatía, expresó su alegría al encontrarse con estos talentosos deportistas mexicanos. En su publicación en redes sociales, escribió: “Mis nuevos amigos de Liga Mario Mendoza, de Navojoa, Sonora. ¡Viva México!”.
Este amor tan genuino por México tiene raíces profundas en la vida de Schneider. Su unión con Patricia Azarcoya, oriunda de Mérida, Yucatán, y dedicada al mundo del espectáculo como actriz y productora, ha contribuido a su cariño por el país.
Además, Schneider ha sido visto en múltiples ocasiones alentando a los Tigres en el Estadio Universitario y compartiendo su pasión a través de las redes sociales, todo en español, como le ha enseñado su pareja.
El lazo que une a Schneider con México no es una simple inclinación de celebridad, sino un vínculo arraigado en su familia. Su esposa, de ascendencia mexicana, le inculcó desde temprana edad el amor por los Tigres, eligiendo este equipo por encima de su rival local, Monterrey.
El entusiasmo contagioso de Schneider no solo se queda en su hogar, sino que lo comparte con sus hijas y hasta con colegas famosos. Un ejemplo de ello es su colega Adam Sandler, a quien introdujo al mundo del fútbol mexicano y su fervor por los Tigres. Con gestos como estos, Schneider deja en claro que su amor por México trasciende la pantalla y se convierte en un lazo de solidaridad y empatía con el deporte y la juventud mexicana.
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