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Desde hace 15 años en México Unido Contra la Delincuencia hemos señalado que los mexicanos estamos y nos sentimos inseguros, lo que obedece a una serie de condiciones producto de la debilidad institucional y el deterioro en la cohesión social.
Desde entonces entendimos que para lograr mejoras en seguridad y su percepción debíamos participar conjuntamente, aunque en diferentes dimensiones, autoridades y ciudadanos. Nosotros los ciudadanos hemos cumplido alzando la voz, organizando marchas, señalando y documentando las debilidades institucionales, atendiendo a las víctimas y difundiendo la cultura de la legalidad, por mencionar algunas acciones.
En cambio, las autoridades no siempre se han portado a la altura. Hoy vivimos un clima de violencia exacerbada, la impunidad no cede, la corrupción sigue imperando y las policías no concluyen por depurarse y profesionalizarse.
No obstante, no todo el escenario es negativo pues atestiguamos avances que deben ser objeto de continuidad e identificamos carencias que deben motivar decisiones para transformar estructuras que se resisten al cambio.
Hace seis meses inició una nueva administración que incipientemente ha comenzado a transformar la percepción de inseguridad dado que la opinión de los mexicanos en torno a que la seguridad estaba mejor respecto al año anterior, ascendió de un 19% en octubre de 2012 a un 27% en mayo de 2013, según la Décima Segunda Encuesta Nacional Sobre Percepción de Inseguridad Ciudadana en México, realizada por Consulta Mitofsky para MUCD.
Sin embargo, esta situación debe seguir progresando y traducirse también en los hechos, pues en el mismo periodo las víctimas del delito siguieron siendo las mismas (26% de los mexicanos fueron víctimas de un delito en los 3 meses previos en ambos periodos) y mientras no apreciemos resultados equilibrados y contundentes seguiremos señalando la necesidad de reforzar las acciones.
Consistentes con esta posición una de las demandas más sentidas de nuestra organización está relacionada con el secuestro, problemática en la que a pesar de todas las inversiones que se han canalizado y la constitución de unidades especializadas para el combate a este flagelo, las cifras aumentaron de 421 denuncias registradas entre enero y abril de 2012 a 517 en el mismo periodo de 2013, mientras que el temor a ser víctima de este delito se incrementó del 51% al 55% entre octubre de 2012 y mayo de 2013, respectivamente.
Por lo tanto, siempre respetando los derechos humanos y el debido proceso, queda por delante el fortalecimiento y priorización del combate al secuestro y a las extorsiones en los próximos meses, al igual que otros compromisos de campaña en los que no vemos definiciones como la gendarmería y la comisión nacional anticorrupción, temas en los que estaremos atentos.
Estamos pues convencidos de que los mexicanos que queremos paz para nuestro país somos mayoría y continuaremos trabajando junto con las instituciones para lograr un México Unido Contra la Delincuencia.
¡ANÍMATE Y OPINA!
Josefina Ricaño de Nava es presidenta de México Unido Contra la Delincuencia