Un mal de las grandes ciudades, como el Distrito Federal, es el estreñimiento crónico. El estilo de vida que llevamos suele impactar en la alimentación y en la difícil evacuación de los alimentos.
“Puede aparecer en niños, pero la mayoría lo padece después de los 20 años.
“La prevalencia mundial del estreñimiento crónico es de hasta 25%, en México es del 14% y se da tres veces más en mujeres que en los hombres”, comentó Ortiz.
Ciudadanos apretados
El estreñimiento crónico es un mal que suele aparecer entre la población de las grandes urbes, donde abunda el sedentarismo, hay una alimentación rica en productos de harinas refinadas, se bebe poca agua y se hace poco espacio para las caminatas y el ejercicio.
“Padecerlo da una calidad de vida pobre que en ocasiones provoca ansiedad y depresión. Por tener inflamado el abdomen no se sienten a gusto con su aspecto”, explica la médica.
Es mucho más frecuente en las mujeres y esto obedece a la toma de analgésicos, hormonas, medicamentos para la ansiedad y la depresión, a ciertos tratamientos quirúrgicos ginecológicos o pélvicos que impactan en los movimientos intestinales que favorecen al estreñimiento.
El costo
“En Estados Unidos, al año se gastan entre 500 y 600 millones de dólares en laxantes. En México solo sabemos que una persona que padece estreñimiento crónico puede pasar hasta siete años desde que ha comenzado con el problema hasta que va con un médico”, alerta Ortiz.
La especialista apunta que una sola persona pasa años comprando remedios caseros, un gasto inútil y perjudicial.
En cuanto a costos para la salud, no atenderlo crea incomodidad, dolor en el abdomen, dificultades para hacer del baño y, en conjunto, impide llevar una vida normal.
Esto incluso, ocasiona faltar al trabajo o a la escuela.
Para obrar bien
-Los primero es identificar el mal: si en más de tres meses va menos de tres veces por semana es necesario ir al gastroenterólogo.
-Una digestión normal produce de una a tres evacuaciones diarias.
-Caminar y hacer deporte.
-Incrementar la fibra en la dieta: frutas y verduras, avena y trigo entero.
-Beber dos litros de agua al día.
-No automedicarse laxantes.
-Evitar el estrés.
(CRISTINA SALMERON)