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No sé exactamente a quiénes se refieren cuando dicen “los jóvenes”:
“Los jóvenes quieren un cambio”.
“Los jóvenes están inconformes”.
“Los jóvenes se están manifestando contra los poderes fácticos”
La única certeza es que lo que llaman “los jóvenes” no son un grupo heterogéneo, uniforme o fácil de clasificar. Si acaso, podemos agruparlos por su rango de edad: ¿De 18 a 28 años? ¿No la libran los de 30?
Hay jóvenes que son felices oyendo música duranguense y reggaetón. Otros que se entusiasman con el nuevo disco de Boards Of Canada y que ya están contando las horas para que inicie el próximo Corona Capital.
Hay jóvenes que están felices con regreso de PRI. Otros extrañan al PAN. Unos más manifestaron su malestar formando parte de #YoSoy132.
Un sector importante de “los jóvenes” (que no todos, ni la mayoría) está divorciado de Televisa. Son habitantes de las principales ciudades del país, de clase media y clase alta. La profunda distancia entre este grupo (tampoco fácil de clasificar) y el consorcio mediático parece existir, principalmente, en dos planos. Por un lado, no consumen sus productos. No ven la telenovela de las nueve ni Tercer Grado, ni se ríen con los chistoretes del Compayito. No les interesa y no se ven identificados con sus obsoletas formas de entretener e informar. Indiferencia y, por otro lado, el agravio: acusan a Televisa de imponer a su candidato a la presidencia, defender su monopolio por encima de quien sea y torcer información de acuerdo a sus intereses económicos, políticos y sociales.
Televisa lo sabe. Vio a esos jóvenes afuera de sus instalaciones, manifestándose sonoramente, en repetidas ocasiones. No sé si les preocupe. A lo mejor piensan que es una moda, que si los ignoran se calmarán las aguas. O, peor aun, que son una muchedumbre mangoneada por algún grupo político que quiere llevar agua a su molino. Me parece que en todo caso lo que más les preocupa es que ya no consumen sus productos: son un sector demográfico atractivo, que a los patrocinadores les interesa. Y lo están perdiendo.
¿Qué hacer para recuperarlos? Renovarse. El primer puente que están tendiendo es tagDF, evento que remplaza a Espacio. Se lleva a cabo en el Centro Banamex, donde se están reuniendo miles de jóvenes. Pueden oir las charlas de personajes emblemáticos e innovadores —Brian Eno, James Cameron, Alfonso Cuarón y otros—, participar en una gran variedad de talleres, principalmente relacionados con las nuevas tecnologías. Presenciar conciertos de artistas de vanguardia, tanto nacionales (como Disco Ruido) como extranjeros (Girl Talk), además de muchas actividades más.Les quedó rebién. Es un éxito tanto por su convocatoria (hay filas interminables para entrar) como por la calidad de lo que ofrece.
Sin embargo, tagDF, a pesar de todas sus virtudes, resulta insuficiente. Hacen falta cambios más profundos, de raíz, comunicar de manera más auténtica, atender de manera puntual a una audiencia menos pasiva y más exigente, que gracias a Internet se ha acostumbrado a formas de comunicación menos vertical.
Como dijo Cuarón en su conferencia: “Si algo he aprendido de las nuevas generaciones es que son mucho más sensibles e inteligentes”. Justo lo que se le pide a Televisa: que trate a su audiencia con sensibilidad e inteligencia.
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*Rulo, Raúl David Vázquez, director editorial de La Semana de Frente. Locutor en Reactor 105.
(Rulo)