La búsqueda de paz y armonía en el hogar llevó a una moda por eliminar los excesos. ¿Muchos objetos en una habitación? Muy mal, hay que sacar los más posibles. ¿Paredes de colores? Da uniformidad con blancos o tonos luminosos. ¿Los muebles? Mejor obtén elegancia con formas cuadradas y telas o acabados serios. En resumen, se optó por el minimalismo.
Sin embargo, no todos se sintieron cómodos con el “orden”. La personalidad y hasta la calidez parecían haberse sacrificado en pro de un estilo moderno. Por ello, las tendencias en interiorismo actuales parecen marcar un nuevo comienzo ni tan churrigueresco ni tan monótono. Si eres amante de las plantas o los estampados, te sentirás más en onda con estas opciones.
¡Bienvenido al maximalismo!
Regresa a tu casa algunas de las cosas que sacaste, más si son vintage. El maximalismo es la apuesta por sumar varios elementos diferentes pero con equilibrio (“más es más”). Colores vibrantes, objetos extravagantes, estampados y texturas pueden llevarse bien, siempre y cuando haya coherencia visual y no amontonamiento. Para lograr este estilo necesitas pensar en capas, es decir, tener un punto base (puede ser un mueble grande) e ir agregando a partir de ahí lo demás. En cuanto a los patrones, hay que pensar en contrastes, de menos a más o de pequeño a grande en su colocación; estos pueden iniciar en un cojín y terminar en un papel tapiz, por ejemplo. Los detalles darán el toque final; se recomiendan libros antiguos, curiosidades, flores o plantas, obras de arte y molduras.
Sé más natural
Usa tu conexión con lo verde para darle un giro a tus espacios. La biofilia utiliza tus plantas como el punto central de la decoración, pero también traspasa elementos de la naturaleza a otros ornamentos, muebles y acabados. El verde, el blanco y los tonos terracota están a la orden. También los estampados con formas de hojas lucen muy bien. Además, puedes expandir tu visión basándote en otras materias primas o con materiales biodegradables. La madera, la arcilla, el mármol y las rocas, entre otros, sirven de inspiración o para aplicación. No obstante, la iluminación es esencial; entre más luz natural entre, mucho mejor.
Las curvas mandan
Hola a la tendencia bold. Lánzate a la mueblería más cercana y elige todo con curvas. No te conformes solo con puntas redondeadas. El rey en este estilo es más ni menos que el sillón, el cual puede ser desde pequeño y redondo hasta enorme y curvilíneo. Tampoco descartes las mesas de centro ni los comedores con formas escultóricas. Obviamente las piezas de arte sin orillas aportan mucho. La idea, a fin de cuentas, es demostrar que lo recto no es lo único capaz de transmitir tranquilidad.
Vuelven los años 70
Siguiendo en la línea del maximalismo y lo bold, para adaptar tu casa a este estilo tendrás que usar colores alegres como el naranja, el amarillo y el café, así como los muebles con formas inesperadas y patrones psicodélicos. Los objetos de ratán, mimbre y macramé son elementales. Y si puedes añadir texturas cozy o de cuero, cerrarás el concepto. ¿No conforme? La bola de espejos, mejor conocida como bola disco, pasará a tu hogar en macetas y adornos.
…Y hasta el art déco
La elegancia no se olvida, así que retrocede hasta la década de 1920 y crea una estética futurista con formas geométricas, metales y trazos dorados. El efecto 3D en muebles y algunos papeles tapiz te alejarán de lo plano, mientras algunas líneas rectas siguen de rebeldes. El mármol también funciona aquí, contrastando con terciopelo. Por supuesto, no te olvides de una lámpara que acapare miradas y los colores vivos.
¡Anímate a probar otros estilos!