La práctica budista de la meditación es cada vez más popular por todos los beneficios que se pueden obtener de ella
Por Cristina Salmerón y Ruy Feben*
Sentarse con las piernas en loto, con espalda recta, cerrar los ojos y reposar las manos con los dedos en un mudra es la estampa de la meditación, pero por dentro es donde la magia ocurre: se llega a estar en un estado que no es ni vigilia ni sueño sino una conciencia plena en calma e introspección, algo que se aleja por completo de una religión, secta o estar a nada de dormirse.
La meditación es un camino para el conocimiento del mundo espiritual y requiere ejercicios especiales para entrenar la mente, es lograr aislarla de las miles de distracciones que tenemos internamente o alrededor y centrarse en observar qué pasa dentro de nosotrxs. Esta práctica budista, ahora muy valorada en occidente, es cada vez más popular por los beneficios que se pueden obtener para reducir el estrés o la ansiedad, y para lograr una mejor concentración. Algunxs maestrxs zen dicen que meditar es “tocar el corazón” del ser humano. Para conocer más sobre la meditación y cómo entrarle a esta práctica, consultamos a Ramón Basanta, fundador de Ātma Yoga & Energy Studio.
¿Cómo entrarle a la meditación?
Lo más importante es abordar esta parte teórica. Hace unos 30 años se pensaba a la meditación como algo esotérico, no se hablaba de esto porque parecía que estábamos loquitos, que éramos de una secta y, al mismo tiempo, las grandes universidades de occidente empezaban a estudiar la neurociencia, las cuales respaldaron los fundamentos de la meditación, que tienen milenios que se escribieron. Fue simplemente la validación del mundo occidental de esas prácticas milenarias de oriente.
Al notar la neurociencia los beneficios de la meditación, se comenzó a propagar la práctica. Esto fue bueno, pero a la vez malo porque entonces comenzó a haber personas que sin tener la técnica y el conocimiento, dicen que “algo” sin fundamentos es meditación, venden apps hechas por gente que no es especialista, esfuerzos diluidos por entrarle, quitando la posibilidad de entrarle de verdad y alcanzar los verdaderos beneficios. Para que la meditación tenga un efecto real, debe hacerse diario, quitarnos la flojera, el llegar a dormirnos, etc.
¿Qué beneficios tiene?
Son múltiples. En su única forma estricta de ser meditación, si utilizas la técnica de cómo realmente se medita, el punto más importante es llegar a un estado de conciencia plena. Previo a que fuera tan importante, sólo se percibían dos estados de conciencia: vigilia y sueño. Al hacer estudios del cerebro y medir por ondas, se dieron cuenta de que había un tercer estado que provocaba una frecuencia distinta a la vigilia o el sueño, esa fue la meditación.
La ciencia se dio cuenta de que cuando el cerebro se coloca en una coherencia en la cual la onda cerebral aparece en theta, el cerebro se comporta y manda mensajes al cuerpo que son diferentes de los que manda cuando está en vigilia (estrés, preocupación, ansiedad), y el cerebro reacciona mandando cascadas de hormonas y neurotransmisores que no manda cuando se está en sueño, ahí se mandan señales para reparar los tejidos, los órganos… y lo mismo sucede cuando estás en la meditación.
Ahí se dieron cuenta de esos beneficios porque se arregla el sistema inmunológico, los ciclos circadianos, la carga de estrés en el sistema nervioso, los patrones cardiovasculares, y todas esas cosas biológicas se ven reflejadas en controlar mejor las emociones, en tener tranquilidad, en estar más presente. Encontramos beneficios biológicos que se traspasan a la parte de la psique con todo lo que esto repercute, que es una presencia más vasta.
¿Cómo hacerla sin guía?
La idea de la meditación y de las clases, a diferencia de yoga con asanas o al gimnasio a donde vas por la instrucción, es que tú puedas tener la base teórica para que puedas, a través de todo lo que yo te platico y de todas las clases que tú atiendes, hacerlo de forma individual y diario, o al menos de cinco o seis días a la semana.
La meditación requiere de constancia, para entrar en ese estado particular de conciencia; si no se entra ahí regularmente, ni el cerebro ni el cuerpo ni la conciencia ni la mente entienden y no surte efecto. En las clases se da la guía para saber qué hacer en las meditaciones, porque lo que buscamos es que las personas, todas las mañanas o todas las noches, practiquen esta técnica a solas. Hay meditaciones de distintas duraciones, algunas de una hora y hora y media, pero lo importante es que cada quien la adapte a un tiempo que pueda lograr cotidianamente.
Para empezar a meditar hay que encontrar un lugar donde no haya distracciones, la mente tiene que estar unos 10 o 15 minutos en un caparazón. Lo ideal es que sea siempre el mismo lugar, aisladx de otras personas, del ruido, los teléfonos, computadoras, para disciplinarnos. El principal problema de la meditación es que lxs occidentales no estamos hechxs para eso; todo el tiempo queremos hacer cosas, participar, planear, lograr, futurear, y la meditación requiere parar por completo.
*Texto adaptado para + Chilango diario