El cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, en el cual aterrizó la sonda Philae, puede ser hogar de una abundante vida alienígena microscópica, de acuerdo con astrónomos de la Universidad de Cardiff, Gales, que presentaron el caso en la reunión nacional de la Real Sociedad Astrónomica.
Algunas características del cometa, como la corteza orgánica negra, se explican por la probable presencia de organismos vivos bajo la capa helada de la superficie, dijo la astronoma y astrobióloga Chandra Wickramasinghe.
“Hace 500 años era difícil aceptar que la Tierra no era el centro del Universo. Después de esa revolución, nuestro pensamiento ha permanecido cerrado en relación a la vida y la biología. Está profundamente arraigado nuestra cultura científica y tendrá mucha evidencia qué descartar”, dijo Wickramasinghe.
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La Agencia Espacial Europea cautivó la atención de los de viajes espaciales cuando Philae aterrizó en el cometa en noviembre. Desde entonces, tuvo un periodo de hibernación, del que despertó en junio con los paneles solares recargados.
Rosetta, la nave europea que orbita con el cometa, también recogió algunos fragmentos de material orgánico que parecen partículas virales. Ni Rosetta ni Philae están equipadas para buscar evidencia de vida.
El doctor Max Wallis cree que el 67P y otros cometas pudieron ser hogar de microbios similares a los extremofilos, que habitan en regiones con condiciones más extremas, y pudieron traer las semillas de vida a la Tierra o a otros planetas, como Marte.
(Redacción)