Las guerras, los crímenes de odio, la violación a los derechos humanos, las condiciones políticas y la discriminación han obligado a que más de 45 millones de personas se desplacen y refugien en otros países en busca de una vida mejor y más tranquila, o de simplemente conservarla.
“La guerra es la causa principal del desplazamiento forzado. El 55% de los refugiados provienen de unos pocos países afectados: Afganistán, Somalia, Irak, Siria, Mali y Sudán”, explicó Hamdi Bukhari, representante de la ACNUR en México.
Aunque entre las razones que tienen los mexicanos para huir del país está en el narcotráfico, la violencia y la falta de trabajo, ésta situación aún no llega a los grados de repercusión que han tenido las guerras en aquellos países de África y Asia, por lo cual seguimos siendo considerados un país que acoge.
“México siempre ha sido un país de acogida, de solidaridad, los exiliados refugiados no es un fenómeno nuevo, siempre ha recibido gente, desde los españoles que se fueron por la Guerra Civil hasta ahora los centroamericanos, que son la mayoría absoluta”.
Campaña de conciencia
Para este año, la ACNUR ha organizado una serie de actividades para poner rostro a estas cifras y concientizar a la población sobre lo que sufren aquellas personas o familias enteras que deben dejar todo para buscar un lugar mejor dónde vivir.
En este contexto, explicó Mariana Echandi, de ACNUR, han lanzado la campaña “Una familia por la guerra es demasiado”, que hará presencia en redes sociales a nivel mundial y en todos los países donde tiene representación.
En Twitter y Facebook se puede encontrar por medio de la etiqueta #1Familia, ya se ha colocado una fotogalería en Pinterest con imágenes de los participantes con aquel objeto que la gente se llevaría si tuviese que irse de su país. Ya varias celebridades han participado, como las actrices Angelina Jolie y Gillian Anderson, el cantante Juanes y el politólogo Sergio Aguayo en México.
El proyecto fotográfico revela –a través de palabras e imágenes– las desgarradoras decisiones que las familias refugiadas deben tomar cuando se ven forzadas a huir de sus hogares.
Los retratos llevan en un viaje que se centra en ese objeto preciado que las familias tomaron y cuentan cómo ellos sobrevivieron.