Un protocolo amable con las abejas chilangas y el medio ambiente

Por: Miriam Jiménez
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El Heroico Cuerpo de Bomberos analiza cada reporte por enjambre en vía pública, con el fin de salvaguardar a las polinizadoras y garantizar el ciclo natural

La primavera es una de las épocas del año en que hay un mayor número de abejas en la ciudad; no obstante, es en otoño cuando abundan los enjambres y colonias, debido a que hay abundancia de alimento para ellas, pues sin importar a donde se desplacen, encuentran alimento en la flora nectarífera o polinífera.

En consecuencia, el Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México recibe una mayor demanda de solicitudes de retiro por parte de la ciudadanía.

“En una temporada alta de otoño se llegan a contabilizar hasta 15 servicios en 24 horas, el clima también es un factor del que depende el aumento o disminución de abejas”, explica a + Chilango Samuel Martínez Fernández, bombero operativo adscrito a la Unidad Coyoacán. Iztapalapa, Tláhuac, Xochimilco, Coyoacán y Tlalpan son las alcaldías que tienen más reportes de enjambres de antófilos, por su cercanía a las áreas de conservación natural de la ciudad. 

La diferencia entre un enjambre y una colonia de abejas, detalla el bombero, es que el enjambre es el cúmulo de abejas que se ve en forma de globo. Cuando se encuentra la cera es porque ya están formando su nido o colmena, el lugar donde habitan, que  puede ser dentro de un árbol hueco, una contrabarda, jaulas de pájaro o aquello que les brinde protección, hablando de cambios de temperatura, protección del sol y acceso a fuentes de agua.

Retiro respetuoso

El Heroico Cuerpo de Bomberos lleva a cabo una evaluación al acudir a una emergencia o servicio relacionado con abejas. Dependiendo de las condiciones en las que se encuentren, la unidad decide si esa colonia o enjambre puede ser capturada para su reubicación.

En caso de no cumplir con las características necesarias para su rehabilitación, proceden a la eliminación, porque en la mayoría de los casos, son un riesgo para la ciudadanía; son aquellos enjambres o colonias que se encuentran en un espacio de difícil acceso, como contrabardas, postes de luminarias y grandes alturas, principalmente.

Cuando se hace la evaluación y se trata de un enjambre que va de paso, se puede hacer una captura al 100% y se procede a su traslado y resguardo. 

Para el retiro se utilizan botes de plástico con ventilación para que, al momento de realizar la captura, las abejas no se asfixien, “es una forma muy práctica para hacer una captura, también se puede utilizar mallas o equipo de apicultura, en este caso podrían ser cámaras de fecundación”, afirma Samuel.

Después son llevadas a un apiario para ponerlas en cuarentena, se les trata de las enfermedades que padezcan e, incluso, se busca un mejoramiento genético por medio del cambio de la abeja reina.

Por último, los enjambres son entregados al personal de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corena) y a unidades de producción de la Ciudad de México; por ejemplo, apicultores ubicados en las alcaldías Tláhuac, Milpa Alta, Magdalena Contreras y Xochimilco.

Un nuevo protocolo

Por una política nacional con la que se intentó controlar la llamada “africanización”, es decir, la mezcla genética de las abejas europeas con las africanas y la consecuente dominación de las características de estas últimas (mayor agresividad, abandono de colmena en caso de estrés, ataque a otras colonias), el protocolo anterior sólo contemplaba la eliminación de los panales y enjambres de estos insectos que se encontraban en la vía pública de la ciudad; no obstante, ahora se hace primero un diagnóstico para saber cuáles pueden ser capturadas y trasladadas a otro lugar, en donde puedan seguir con la polinización y producción de miel. Si se trata de una situación de riesgo para la población, el deber de los cuerpos de emergencia es salvaguardar la integridad de las personas. 

En ocasiones, hay servicios en los que se detecta que las abejas fueron molestadas y se defendieron, situación de riesgo, pues un piquete para una persona alérgia, por ejemplo, podría traer como consecuencia la muerte.

Por ello, el Heroico Cuerpo de Bomberos recomienda a la ciudadanía mantener el perímetro de seguridad, no arrojarles cosas y no ponerles bebederos: “a veces existe la confusión de poner bebederos o alimento para ellas. Si es un enjambre de paso, las abejas descansan hasta 48 horas y emprenden el vuelo otra vez, pero eso no es algo bueno.

En ocasiones ponen bebederos o alimentadores, las abejas se ubican y cuando las personas retiran estos elementos, las abejas por instinto llegan al domicilio en busca de alimento”, comenta Martínez Fernández.

Jardines polinizadores, espacios amigables 

Los jardines polinizadores son un beneficio para las abejas, hablando de los enjambres y colonias silvestres, porque el principal problema a nivel nacional es la pérdida de espacios, pues las zonas urbanas están creciendo cada vez más. La apicultura es afectada directamente por la falta de espacios, la deforestación y el cambio climático. En épocas de escasez, los jardines benefician a las abejas en calidad de reservas de alimento, por ejemplo.