Jorge Cuevas tiene una colección chulísima de boletos, timbres y objetos antiguos que cuentan cómo empezó esta historia sobre ruedas en la CDMX
Por Edgar Segura*
Con más de 1,171 millones de viajes realizados en el último año, el Metro es el transporte público más utilizado en la CDMX. Sin embargo, hubo una época en la que el Sistema de Transporte Colectivo fue una novedad con la que lxs capitalinxs les costó mucho trabajo familiarizarse. De ese tiempo y de 56 años de historia de la “limusina naranja” da testimonio la colección de Jorge Cuevas, que está integrada por alrededor de 9,000 objetos antiguos, entre los que destacan boletos, timbres postales y hasta juguetes lanzados para promover el uso de la Línea 1 en 1969.
“En esa época hubo una gran difusión para promover el Metro. Sacaron timbres, postales y demás material para que la gente se incentivara a usar ese transporte”, cuenta Jorge.
Agrega que al principio “la gente no se animaba. Decían: ‘¿cómo me voy a meter a un túnel?’. Tenían miedo de que se desgajara y hubiera otro tipo de problemas”.
La historia del Metro contada a través de sus boletos
Jorge, por el contrario, creció soñando con ser conductor del Metro. Uno de los mejores recuerdos de su infancia es acudir por las mañanas a la estación Martín Carrera y comprar boletos para viajar de la mano de su abuelo.
Aunque la vida lo llevó por otra línea en el mundo profesional, su pasión por el Metro es algo que actualmente lo sigue uniendo con su abuelo, fallecido en 2013. Un año después, en 2014, empezó la que es una de las más grandes colecciones de objetos relacionados con este sistema de transporte.
“Empecé a revisar sus pertenencias y entre los libros que tenía encontré algunos boletitos que habíamos comprado él y yo en su tiempo. Y como nos gustaba coleccionar, quise terminar esa colección que empezamos en su momento”, recuerda.
Hoy en día Jorge tiene más de 8,000 piezas de boletos con 350 diseños distintos que emitió el Metro a lo largo de su historia. Su colección incluye el boleto más preciado por los coleccionistas, uno emitido en 1972 para conmemorar el aniversario de la muerte de Benito Juárez. Tiene un fondo blanco y la figura del expresidente en color azul. Actualmente tiene un valor en el mercado de coleccionistas de más de $6,000. El alto costo radica en su extrañeza: era un boleto de cortesía para incentivar el uso del Metro.
“Como querían hacer que la gente entrara en el Metro, lo empezaron a reglar en diferentes comercios. Comprabas y te daban un boleto para que lo usaras. Esa era la finalidad: que la gente se animara, porque tenían miedo de este medio de transporte. Pero el boleto tuvo muy poco tiraje y es por eso que es tan valioso, porque ya es imposible poderlo encontrar”, detalla.
Para Jorge, los boletos del Metro son piezas de historia que cuentan más de cinco décadas de acontecimientos en la capital. “Cada diseño tiene su año, tiene un periodo y tiene un por qué”.
A partir de 1972 comenzaron a emitirse boletos conmemorativos. Así, Jorge tiene en su colección boletos emitidos con motivo de los aniversarios del IPN o de la UNAM, en honor a artistas como Tin Tan o María Félix o incluso emitidos como medio publicitario para invitar a la gente a ferias o eventos culturales. “Antes así se informaba la gente de los eventos”, cuenta.
Su colección es tan completa que tiene un convenio con el Museo del Metro para que algunas de sus piezas, incluido el codiciado “Juárez blanco”, se exhiban en el recinto.
Postales, letreros, juguetes, tarjetas y otras reliquias
Pero la colección de Jorge no se limita a los boletos. También tiene objetos que datan del primer año de operaciones del Sistema de Transporte Colectivo. Destaca un letrero de 1969 que identificaba a las taquillas como expendios autorizados para la venta de boletos a fin de evitar que la gente adquiriera piezas falsas.
También de ese año es el objeto más preciado de Jorge: el diseño original del timbre postal que se emitió con motivo de la inauguración del Metro. Para conseguirlo, tuvo que viajar hasta Puebla y comprárselo a un filatelista.
Juguetes emitidos para promocionar al Metro, corbatas de trabajadores, sacos utilizados para trasladar el dinero de las taquillas, tenis alusivos al Metro y más objetos también se incluyen en la colección.
Incluso tiene guías que se emitieron en los primeros años de operación del Metro para orientar a lxs usuarixs sobre las estaciones que comprendía cada línea, su ubicación y los lugares que se podían encontrar alrededor. Estas guías se imprimían en inglés y en español para que también lxs turistas que visitaban la ciudad pudieran moverse en la “limusina naranja”.
Seguirá creciendo su colección
En 2024, el gobierno capitalino decidió retirar los boletos de las taquillas y establecer la Tarjeta de Movilidad Integrada como único método de pago para ingresar al Metro. Posteriormente, se modernizó el sistema de peaje para también ingresar con tarjetas bancarias.
Aunque reconoce que la desaparición de los boletos fue un duro golpe para lxs coleccionistas, Jorge considera que “hay que entender que la tecnología tiene que seguir avanzando”.
Por lo pronto, la desaparición de los boletos del Metro no frenará su idea de seguir creciendo su colección. Ahora su objetivo es conseguir objetos usados por los trabajadores del Metro, como piezas de sus uniformes, herramientas y más.

Uno de los objetos de mayor valor histórico con los que cuenta Jorge es un ejemplar del Plan Maestro del Metro creado en 1985 por el entonces Departamento del Distrito Federal. Se trata de un libro que detalla los planes para extender la red hasta contar con un total de 34 líneas
- Desde 2024, con la edición del último boleto, más personas empezaron a interesarse en el coleccionismo; actualmente hay grupos que se reúnen para intercambiar o vender piezas
*Texto adaptado para Chilango Diario