No es un secreto que en la capital del país operan trabajadoras sexuales que tienen entre 55 y 85 años de edad. El principal sitio para llevar a cabo sus operaciones se encuentra a las afueras del mercado de la Merced.
Tras reconocer que las mujeres que se dedican a la prostitución muchas veces fueron traídas por sus propias parejas sentimentales y son víctimas de violencia, investigadores de la UNAM decidieron apoyar a una casa hogar que las atiende.
Se trata de Xochiquetzal, un recinto ubicado en Tepito que recibe entre 18 y 24 féminas que se dedican a la prostitución y pertenecen a la tercera edad. Es el único centro en su tipo no solo en la ciudad sino en todo el mundo.
Este lugar atiende principalmente a quienes trabajan en la zona de la Merced, Arcos de Belen o Salto del Agua, las cuales suelen ser personas de escasos recursos que difícilmente podrán abandonar estas actividades.
“La prostitución es una actividad vinculada con la imagen empobrecida y entristecida de este segmento. Hablar de quienes la ejercen significa que todo gira en torno a ellas, no de quienes las llevaron a esa situación”.
Ésta es la opinión de Fernando Quintanar Olguín, quien pertenece a la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM y considera que la casa hogar en cuestión es un pequeño laboratorio psicosocial para indagar sobre este sector.
Desde hace casi cinco años, Quintanar Olguín visita dos o tres veces por semana ese espacio para continuar el programa de apoyo. En otras ocasiones lo hace Carlota García Reyes-Lira, colaboradora cercana, o egresados de Psicología.
Las zonas rojas
En estos sitios se encuentra la mayor concentración de trabajadoras sexuales de la tercera edad.
· La Merced
· Salto del Agua
· Arcos de Belén
(Ignacio Gómez)