En CDMX estamos comprometidxs con la pista de baile, especialmente si se trata de echar los prohibidos al ritmo de salsa
Por Karla Peckerman*
La semana en la vida adulta ha sido un fiasco, el único consuelo que te queda es que se acerca el fin de semana, así que solo estás pensando en cuál será el lugar en el que dejarás todo, literal todo, en la pista. Entonces viene a tu mente un vago recuerdo de un video en Instagram sobre un salón de baile que se veía bastante divertido.
El dichoso lugar se llama El Babalú, un nombre extraño pero que suena a buen ambiente. Le escribes a tus amix para decirles que vayan a bailar y todxs te dicen que jalan. La ansiedad porque el finde llegue se intensifica y sólo puedes pensar en esas vueltas de salsa que te vas a rifar.
El bendito viernes por fin llega. Cierras la computadora y, al igual que el meme, avientas los papeles y mandas todo el trabajo al demonio (al menos hasta el lunes). Llegas a las 8 pm al Salón Ríos y notas que la fila ya está algo larga, te cuestionas si realmente valdrá la pena la espera.
De ratito empiezan a llegar tus amix y su turno para entrar también se está acercando. Pasaditas de las 9 pm, por fin llegan a la entrada, cada quien paga sus respectivos covers y suben por las escaleras, donde lxs recibe un letrero neón en el que se lee El Babalú, un detalle que dice a gritos “aquí te la vas a pasar bien chingón”, prueba de eso también son los acordes de la orquesta en vivo, que ya empiezan a sonar.
“Esto es vida”, te dices a ti mismx mientras avanzas entre las parejas que se te adelantaron y ya están bailando en la pista. Te acercas a la barra para pedir tu primer trago de la noche.
Le echas un ojo al menú y ves que las chelitas están en $60, ahora sí que… ¡qué ofertón!, pero tú quieres algo más, tu titánico esfuerzo de la semana lo amerita, así que te pides un mojito por el que pagas $145. Volteas a la pista. Está repleta de personas que, como tú, eligieron bailar para desestresarse.
La orquesta hace sonar sus instrumentos al ritmo tropical y cada cuatro canciones hacen una pausa para que las parejas tomen un respiro y le den un sorbo a su trago. Tú ya elegiste a la persona a la que invitarás a bailar el siguiente set, pero por tu derecha se acerca alguien y te lo pregunta antes.
Aceptas con emoción porque te ahorraste la pena de preguntar. Se acercan a la pista y suena “Idilio”, de Willie Colón, ¿cuánta más suerte podrías tener? ¡Claro que puede haber más suerte! La vida te recompensa con una pareja de baile que lo hace de forma impecable, con quien las vueltas se dan solas y puedes moverte fluidamente. “La vida es buena”, te repites, mientras sientes en los pies el solo de trompeta y cantas en tu mente “So-ñan-do conti-go, querien- do que se cumpla nuestro idilio”.
Esas cuatro rolas no fueron suficientes, pero es momento de ahora sí pedirte una cerveza y sentarte al lado de tus amistades, quienes al igual que tú están puliendo la pista de baile. Viene el descanso de la orquesta y entra el DJ, que pone un poco de bachata para darle variedad a la noche.
Aparece frente a ti una mano que te invita a bailar, no te consideras muy hábil para el ritmo, pero tampoco te rajas. Dices que sí, te levantas de tu asiento y te avientas. De nuevo te toca una pareja con quien el movimiento fluye y hasta parece que en realidad eres bastante buenx para la bachata.
El reloj avanza rápido cuando unx se divierte y es así que, después de unas cuantas chelas y horas bailando, dan las 3 am. Llegó la hora de regresar a casa, pero lo haces feliz porque ir a bailar fue una gran idea y es probable que vuelvas muy pronto. Esta historia pudo o no haber sucedido, lo que seguro pasó es que el baile estuvo muy a gusto y divertido en la pista de El Babalú.
El Babalú sí es real
En enero de 2024, el famoso salón de baile cerró sus puertas por un tiempo para darse una manita de gato. El 11 de abril reabrió con un espacio renovado que incluye inspiración en los antiguos salones de baile de Cuba, esos de elegante escenario con cortinas de terciopelo rojas y luces cálidas que dan una gran vibra.
Río Lerma 218, Cuauhtémoc
Mar-miér: 20:30-2:00 horas Jue-sáb: 20:30-3:00 horas, dom: 14:00-22:00 horas
Cover $120
IG: @el.babalu
*Texto adaptado para + Chilango