El objetivo de estas historias no es predecir sino voltear hacia adelante, imaginar posibilidades y, con algo de suerte, empujarnos a actuar en el presente con miras a construir una urbe más disfrutable
Por María Mercedes Baltazar, Jorge Camacho, Karla Paniagua, Eduardo Peñafiel y Amalia Vásquez*
La Ciudad de México es un nodo importante en términos geográficos, pero también históricos. Así como conecta por tierra y por aire mundos tan distintos, también vincula tiempos.
¿Cómo podría cambiar la vida de lxs chilangxs en los próximos 20 años? ¿Qué podría estar sucediendo en la Ciudad de México un día como hoy, pero en el 2043? Esas fueron algunas de las preguntas y respuestas que se planteó un grupo de especialistas en Diseño del mañana de CENTRO, institución de educación superior especializada en la creatividad.
Oriente colapsado
Como todas las mañanas, la chef a domicilio Barbie Muñoz hace fila para abordar el helicóptero que la llevará desde Tláhuac hasta Pavilion Chapultepec, exclusiva zona enclavada en el otrora bosque donde trabaja para la familia Gómez Horvilleur.
La aeronave corta el aire atravesando los territorios que, desde el magnicidio del 2030, se repartieron los cárteles cual tablero de Risk. Como si no fuera suficiente, la zona metropolitana sufre aún las secuelas del terremoto de 2038 y el transporte sortea las fumarolas del volcán recién nacido Chichiualpiastli.
Los sobrevivientes de la catástrofe que por negocios o necedad se quedaron habitan en el búnker de Pavilion Chapultepec, hoy feudo privado. Los que no trabajan para los cárteles sirven en las casas de los Chapules (una de las pocas áreas verdes que se conservan), venden en las macroplazas del Centro o laboran en Mex Data Labs.
Al término de su jornada, Barbie se pregunta cómo estará su tía Rita, que vive en la zona libre de Venustiano K-Ranza (VKR). Lo último que supo es que VKR se volvió autosuficiente en energía, moneda y telefonía, aunque ¿cómo comprobarlo? Los escasos medios que quedan no hacen sino reproducir los mismos cuentos de siempre.
Ciudadasur disciplinado
Tay Hernández recibe el premio a la Ciudadanía verde 2043 por su alto compromiso con la sostenibilidad y la innovación social en su casa, ubicada en la célula habitacional “El Alemán”, Benito Juárez, famosa por ser sede de una cooperativa de utensilios y bloques de construcción con biomasa y una productora de cáñamo con calidad de exportación.
Hoy por hoy, todas las soluciones que produce “El Alemán” son compostables y pueden reincorporarse al suelo cuando concluyen su vida útil. Mientras que las personas de mediana edad desarrollan soluciones tecnológicas y dan seguimiento a las exportaciones, el club centenario se encarga de la tienda local, los biodigestores y las hortalizas; la gente joven opera los campos de cáñamo y las infancias aprenden a cultivar la tierra, cosechar agua pluvial y asear sus prendas.
“Nos acusaron de que nos gusta vivir en la mugre. Imagínate lo que dirán cuando sepan que compostamos nuestras heces para cultivar las hortalizas que vendemos en la tienda”, declara Tay entre carcajadas, “también se rumora que somos una secta porque aquí viven muchas familias queer y unipersonales, pero nos vale lo que piensen”.
Tay cuenta que lo que más orgullo le da son los Atlantes, colosales depósitos libres de BPA que se adhieren a los edificios de “El Alemán”. Es bien sabido que el ciclo de lluvias en la CDMX se ha vuelto caótico como resultado del cambio climático y de la siembra de nubes, así que, cuando llueve, este sistema preserva el valioso líquido.
El próximo proyecto de “El Alemán” es el Centro de artes y oficios, que ofrecerá una alternativa para continuar la formación que comienza en casa. La comunidad se las ingenia para educar de manera no escolarizada en lecto-escritura, matemáticas, programación, diseño, producción agrícola, baile y parkour, entre otras destrezas.
Norte tec-transformado
El Distrito TecSport, ubicado en lo que una vez fue el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, es el nuevo polo de atracción de la Ciudad de México por su innovación deportiva.
Gracias a un reactor nuclear modular de pequeña escala, la zona de entrenamiento funciona con energía autónoma y alimenta en tiempo real los diversos centros de datos, incluyendo el del Hub Nacional del Deporte, ubicado en el mismo enclave.
Este jueves, Camilo Blanco, delantero de la Selección Nacional, acudió como testigo de honor para la firma del convenio entre la Federación Mexicana de Futbol, Mex Data Labs y el colectivo de Casas de Apuesta MexBet; dicho instrumento otorga a los profesionales del deporte los derechos sobre sus datos de desempeño, permitiéndoles beneficiarse por las apuestas que se realizan con estos. Al acto también asistió el equipo Huracanes Izcalli Futbol Club, líder de Liga MX Mixta.
Durante el encuentro, Mex Data Labs presentó los avances en la construcción del mega estadio inteligente de La Villa, donde se celebrará la Copa del Mundo Playdoit 2043; además del progreso en la remodelación del estadio Charlyn Corral, antes Hugo Sánchez Márquez.
*Texto adaptado para + Chilango