Viernes de #posmesalto en protesta por aumento

Cerca del medio día un hombre se acercó a los torniquetes de la estación del Metro Pino Suárez y decidido, increpó a un policía: “No voy a pagar 5 pesos, ¿cómo le hacemos?”.

Primero, el oficial levantó los hombros con expresión indiferente, luego dijo que ‘ni modo, eso es lo que hay que pagar ahora’ y finalmente, ante la insistencia del usuario, dio un ultimátum: ‘es eso o paga mil 500, porque se lo van a llevar al juzgado cívico si se pasa sin pagar’.

No era cierto. Ni él ni cientos de usuarios que el viernes pasado tomaron como bandera la iniciativa #posmesalto encontraron impedimento alguno para pasar los torniquetes del Metro de manera gratuita, y al final del día la mecha se encendió tanto que llevó el fuego hasta un árbol de Navidad que ardió en pleno Paseo de la Reforma.

A primera hora, cuando el Sistema de Transporte Colectivo abrió sus puertas a las 6:00, era difícil imaginar lo que vendría: al menos en las estaciones Centro Médico, Bellas Artes y Tasqueña solo se veían oficinistas pagando sus 5 pesos con resignación. La última era una de las más resguardadas por la autoridad; en las otras dos, además de poca presencia policiaca, lucían los carteles de cálculo por número de boletos con la nueva tarifa, los aún arrumbados módulos para tramitar la cuota especial para desempleados y madres embarazadas, y la campaña publicitaria que promete que los vagoneros desaparecerán un día de estos, porque el viernes no lo hicieron y Joel Ortega, director del Metro, se negó a dar un plazo preciso.

Los primeros signos de inconformidad aparecieron en Tasqueña, donde más de 50 elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del DF permanecían con la encomienda de controlar las protestas.

Alrededor de las 7:15, un grupo de jóvenes irrumpió para permitir el libre acceso a la Línea 2: “Hoy el Metro es gratis, no pague boleto”, gritaban al invitar a la gente a saltarse o pasarse por debajo de los torniquetes, estrategia que a lo largo del día se repetiría en otras estaciones de transbordo y terminales.

“El Gobierno del Distrito Federal dijo que hoy nos dio permiso, permiso mis polainas. Señor usuario, no pague cinco pesos ¡Metro popular, Metro popular! ¡Pásele, pásele gratis!”, exclamaban los estudiantes y aunque abandonaron la estación a las 9:00 horas, en menos de cinco minutos llegó otro grupo para continuar con la protesta.

Para las 8:00 de la mañana, el director del Metro admitió que las protestas se extendían a 14 estaciones. El escenario y las condenas de Tasqueña comenzaron a replicarse en las tres líneas que confluyen en la terminal Pantitlán –donde también hubo usuarios contentos por el retiro de 15 torniquetes que eliminó el doble pago que se tenía que hacer para transbordar a la Línea A–, en Merced, Constitución de 1917, Normal, Ciudad Universitaria, Indios Verdes y otras.

Después de ocho horas, cerca de las 4:00 de la tarde, la protesta subterránea se trasladó a la superficie: cientos de jóvenes iniciaron un recorrido del Monumento a la Revolución con el Zócalo como supuesto destino, hasta que fueron frenados a la altura del hemiciclo a Juárez.

Bloquearon momentáneamente el paso del Metrobús en Juárez y Balderas, luego el cruce de Reforma e Insurgentes y ahí los ánimos se dividieron: ‘No hagan eso, compañeros, es lo que Mancera quiere’; otros pidieron una acción ejemplar. En medio de la discusión inconclusa, saltó la primera chispa y el fuego consumió rápidamente el árbol de una empresa refresquera.

Los bomberos llegaron casi de inmediato y los jóvenes se dispersaron tan solo para, 15 minutos después, entrar a la estación Insurgentes para ‘tomar’ los torniquetes, abrir el paso y desafiar con sus consignas a los cientos de granaderos que rodeaban la Glorieta.

(IGNACIO GÓMEZ, MARCELA NOCHEBUENA Y DAVID RODRÍGUEZ)