Los nuevos dueños de la compañía lo tenían claro: su negocio debía transformarse más allá de la fronteras de Estados Unidos. Se enfocaron en hoteles y casinos y eso le costó la existencia a uno de los lugares emblemáticos de la ciudad.
El Hard Rock Café, en esa notable esquina de Campos Elíseos y Reforma, fue símbolo de la transformación de millones de personas: a su modo, resumió como los capitalinos cambiamos, dejamos de ser un pueblo grandote y nos hicimos cosmopolitas. Se hacía realidad el sueño sesentero de una ciudad que perteneciera al mundo.
En 1989, cuando el local abrió sus puertas, era la época en que empezaban a llegar los conciertos al DF. El Hard Rock Café fue el primer lugar dedicado a albergarlos: antes se habían hecho en el pequeño Angela Peralta de Polanco: en unos años estarían listos el Palacio de los Deportes y el renovado Auditorio Nacional.
De hecho, el concepto de ampliar el restaurante para crear un foro (el Hard Rock Live) fue una idea que nació en México y se extendió por el mundo. La imaginaron y la aplicaron los mismos empresarios que este fin de semana tuvieron que cerrar, abrumados por la batalla legal.
LAS ESTRELLAS
El sitio era perfecto para conciertos de todo tipo. Por allí pasaron artistas de múltiple géneros y famas: desde los participantes en concursos de bandas nuevas hasta las estrellas más brillantes de su momento.
Al máximo nivel, en 1993 estuvo allí Michael Jackson, en esa gira que incluyó un decepecionante concierto en el Azteca y el quiebre emocional previo a su primera acusación de abuso infantil.
Sin tantos problemas y con actuaciones igualmente memorables, Los Fabulosos Cadillacs, Gustavo Cerati, Café Tacvba, Gloria Gaynor, Robbie Williams, Alanis Morrisette, Deftones y Héroes del Silencio.
¿POR QUÉ SE VAN?
El problema es simple. En 2007 la tribu indígena estadounidense de los seminoles adquirió al Hard Rock Café y empezó a transformar el concepto, incorporando casinos y hoteles.
Y es que ese es el sistema que les ha funcionado, desde que el gobierno de Estados Unidos les cedió los derechos para operar casas de juego en las reservaciones y así ayudarlos a mantenerse. Lo hicieron con tal éxito que ya extendieron el modelo por todo el mundo.
El problema fueron los desacuerdos con los socios mexicanos. Los seminoles se fueron a la vía legal para recuperar la franquicia capitalina y, con un enorme poder financiero, terminaron ahogando a sus rivales.
¿QUÉ PASARÁ?
El local, cuya primera piedra fue colocada por el músico británico Elton John, se encuentra en una de las esquinas más valiosas de México. Desde que se anunció el cierre se vieron lonas negras, del tipo de las que se colocan al demoler un edificio.
Los temores de los vecinos es que allí se construya un edificio de departamentos o un casino; por lo que la Delegación decidió verificar y suspender actividades allí.