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Cuando uno revisa la actuación de la policía capitalina, particularmente en el trabajo de cuerpos como el de Granaderos, no es fácil entender por qué Manuel Mondragón y Kalb tiene esa imagen de policía modelo, que le valió incluso su ascenso a Comisionado Nacional de Seguridad.
Tampoco es sencillo entender por qué, a seis meses de que arrancara la administración de Miguel Ángel Mancera, se haya hecho tan poco para arreglar lo que Mondragón les “mal-dejó”.
Basta ver cómo la policía del DF volvió a fallar el 10 de junio pasado y cómo cometió errores sorprendentemente parecidos a los que se documentaron el 1 de diciembre: otra vez detenidos sin pruebas, errores en la contención de manifestantes, incapacidad para proteger a terceros…
Ya habíamos visto esa película.
La Comisión de Derechos Humanos del DF acaba de recordar que lo ocurrido el día de la toma de posesión de Enrique Peña Nieto se debió a que no hubo una operación policial eficiente que pudiera contener y evitar la violencia.
Peor, que los propios policías “manifestaron no contar con protocolos de intervención, con capacitación continua para reacción en momentos de crisis y que, para el día de los hechos, la orden de operaciones no fue transmitida”, que pasaron tres horas de agresiones y destrucción antes de que recibieran instrucciones y que cuando lo hicieron, lo hicieron todo mal y después mintieron para justificar la detención de inocentes.
Esa era la policía del modélico Mondragón y Kalb.
Pero ya pasaron seis meses y la policía de Jesús Rodríguez Almeida comete los mismos errores. El 10 de junio, volvieron a fallar los protocolos. Y la policía arrestó a 22, pero luego debieron liberar a 15 por “falta de elementos” y a los 7 restantes no les pudieron acreditar todos los delitos que inicialmente les imputaban.
Eso sí, las autoridades pueden presumir un avance “importante”: ahora dicen tener elementos en contra de esos siete restantes. Hablan de daño en propiedad ajena, ultraje a la autoridad y ataques a la paz pública. Habrá que seguir el proceso para confirmarlo.
Porque el primero de diciembre no le atinaron a un solo caso.
Pero si presumen ese “avance”, nosotros tendríamos que reclamar que esto no es suficiente, que seguimos esperando una actuación policial que garantice que simplemente que no puedes violar la ley y quedar impune y que no te van a arrestar si eres inocente.
¿Será mucho pedir? ¿A poco no suena a “nada me han enseñado los años, siempre caigo en los mismos errores”?
Termino con una precisión obligada y que espero sea obvia: criticar la actuación de la policía no implica respaldar a quienes han decidido a usar la violencia para manifestarse. Que detengan y procesen a los que violan la ley, lesionan a policías, dañan la propiedad de terceros. Lo único que hay que exigir siempre es que se haga de acuerdo a la ley y que el Estado cumpla su obligación de probar sus acusaciones.
Insisto: ¿A poco es mucho pedir?
¡ANÍMATE Y OPINA!