Después de algunos meses, al fin llega a Netflix la serie de Luis Miguel, protagonizada por Diego Boneta, Óscar Jaenada y Camila Sodi
Hace muchos años existió un Sol, un monarca que a través del arte sentaría precedentes culturales en la Francia del siglo XVII, que no solo prevalecerían hasta nuestros días, sino que se extenderían al mundo; al rey Luis XIV le debemos el legado de Molière en el teatro, el ballet, la academia de pintura y escultura, el estilo arquitectónico y decorativo de Versalles, entre muchas otras disciplinas que iluminaron a la sociedad de esa época como los rayos del más grande astro, de ahí que pasara a la historia como el Rey Sol.
Aquí, también tenemos un Luis, y también lo conocemos como el Sol, pero sus rayos solo han tenido alcance para calentar desde soñadoras adolescentes (en los 80) hasta señoras que hoy día guardan en su mesita de noche un ejemplar de las 50 sombras de Grey. Perdón de antemano, pero así imagino a las fans de Luis Miguel, de quien, si bien es indudable su capacidad interpretativa, me pregunto, ¿qué más le pueden agradecer sus fans? Hablando de ídolos nacionales, recuerdo la simpatía de Pedro Infante, o las bellas letras escritas por Juan Gabriel; cuando pienso en Luis Miguel creo que el único comparativo justo con el monarca francés es el despotismo, el sentirse por encima de su pueblo-fans sedientos de un “dios” al que alabar. Hago el comentario a propósito del próximo estreno de Luis Miguel, la serie que Netflix tiene preparada sobre el cantante, una biografía con Vo.Bo., pues fue previamente autorizada por el propio Luismi, así que no debemos esperar grandes revelaciones. Lo que sí es que desde el elenco y su transformación para ambientarlos en el look y el contexto de los 80 se antoja impecable.
Una suerte de telenovela calidad Netflix, o sea muy bien hecha, que despertará interés morbosón, y que de paso dejará más que contento al cantante, cuyos rayos se ven cercanos al ocaso. La serie se estrena el 22 de abril.